Desde hacía quince años Marco Antonio Ávila García cubría la fuente policíaca para los periódicos El Regional de Sonora y Diario Sonora de la Tarde; recientemente había publicado notas sobre operativos contra el narcotráfico realizados en esa ciudad (http://www.elregionaldesonora.com.mx/noticia/22526).

“Una vez más hacemos un llamado a las autoridades encargadas de la investigación para que examinen de forma prioritaria la pista profesional. Compañeros de Marco Antonio Ávila contactados por la organización dijeron que desconocían si el reportero había recibido amenazas previas, pero no descartan la hipótesis de que el crimen esté relacionado con su labor periodística. Como especialista de la fuente policíaca en una región conocida como un bastión de los cárteles de la droga, Marco Antonio Ávila desempeñaba una tarea valiente y arriesgada. ¿Hay que esperar a que el saldo actual de 84 periodistas asesinados y 14 desaparecidos en una década sea superado de nuevo para poner en marcha –de forma eficaz y con los medios adecuados– la federalización de los crímenes y delitos que atentan contra la libertad de informar o el ejercicio del periodismo? (http://es.rsf.org/mexico-el-senado-aprueba-la-14-03-2012,42112.html). Los comicios electorales del 1 de julio no afectan en nada la urgencia de emprender la lucha contra la impunidad”, declaró Reporteros sin Fronteras.

Marco Antonio Ávila habría muerto por estrangulamiento. Encontraron su cadáver envuelto en bolsas de plástico; junto al cuerpo, que tenía marcas de tortura, también se encontró un mensaje atribuido a narcotraficantes. El periodista fue secuestrado por sujetos encapuchados que portaban armas de grueso calibre la tarde del 17 de mayo en un autolavado, a donde había llevado un vehículo de la empresa para la que trabajaba. Según testigos, los secuestradores habrían preguntado a Marco Antonio Ávila si era periodista y lo habrían obligado a subir a su camioneta cuando éste les confirmó que lo era.

Ciudad Obregón padece una verdadera guerra entre el Cartel del Golfo y un nuevo grupo criminal llamado “H”. La ciudad registra un nivel de inseguridad alarmante; desde hace dos años se registran por lo menos 25 ejecuciones al mes, así como múltiples casos de secuestro.

(1)http://es.rsf.org/mexico-la-revista-proceso-esta-de-duelo-30-04-2012,42405.html.