en especial latinoamericanos, sin que se llevara a cabo la mínima verificación.

“Nuestras colaboraciones con la Unesco han sido fructíferas y eficaces. La ayuda para instalar un Telecentro Móvil (con acceso a Internet) a favor de la población desplazada por terremoto en Haití o la publicación –desde hace más de veinte años– de la Guía Práctica del Periodista, son algunos ejemplos de ello. El rumor según el cual estaríamos en adelante ‘excluidos’ de la Unesco pone de manifiesto una maniobra de desinformación pura. Esto nunca ha sido cuestionado, declaró Olivier Basille, director general de Reporteros sin Fronteras. “Lamentamos mucho no haber obtenido la promoción al estatus de ONG ‘asociada’ a la Unesco debido al odio histórico que algunas delegaciones sienten por nuestra organización. Sin embargo, continuaremos trabajando activamente con la institución a favor de la libertad de informar”.

En realidad, durante la última sesión del Consejo Ejecutivo de la Unesco, efectuada del 27 de febrero al 10 de marzo en París, la promoción de Reporteros sin Fronteras a la categoría de “organización asociada” fue rechazada por las delegaciones de ciertos países. Esta promoción había sido recomendada por la directora general de la Unesco, Irina Bokova, en una misiva que nos envió el 3 de febrero de 2012 (documento disponible). De hecho, el estatus de Reporteros sin Fronteras ante la Unesco, obtenido en 1996 y renovado dos veces, en 2002 y 2009, [permanece intacto](http://unesdoc.unesco.org/images/0021/002155/215536f.pdf). Reporteros sin Fronteras aún goza de la confianza de la Unesco, la cual le fue expresada al final de la sesión.

En el marco de su reforma interna, la Unesco modificó los diferentes estatus de relación que tiene con las ONG. Existían tres: “operativo”, “asociativo” y “consultivo”. En la actualidad sólo existen las dos últimas categorías. En este contexto, Reporteros sin Fronteras fue llamado a pasar de su estatus consultivo al asociativo. Ahora, durante la última sesión del Consejo Ejecutivo, algunos países occidentales, sobre todo europeos, se retiraron de la sala en protesta por la presencia de Siria entre las delegaciones presentes. Así, cuando se debatió la cuestión sobre el estatuto de Reporteros sin Fronteras, Venezuela, apoyado en especial por China y Cuba, pudo bloquear fácilmente la promoción solicitada por la dirección general de la Unesco.

Más grave aún, la noticia falsa dio lugar a que en Internet se repitieran viejos ataques que calumnian a Reporteros sin Fronteras, de parte de la agencia de propaganda gubernamental cubana Prensa Latina. Estas acusaciones de “espionaje” o de “ardides por cuenta del gobierno de Estados Unidos” –país del que también denunciamos los ataques a la libertad de informar– manifiestan la paranoia habitual de los regímenes represivos y de quienes los apoyan. Reporteros sin Fronteras admite que existió un acuerdo de cooperación entre su ex secretario general y una controvertida organización humanitaria (Center for a Free Cuba) surgida de la disidencia cubana en el exilio. Este acuerdo fue denunciado en 2008, a petición de los trabajadores de Reporteros sin Fronteras, durante el último cambio de dirección de nuestra organización. Reporteros sin Fronteras sabe reconocer sus errores y evolucionar, lo que, por el contrario, no sucede con algunos de sus detractores más radicales. ¿Es que estos tendrán el valor de rectificar sus mentiras?