Fueron cambiando tanto
sus entornos que entonces lo aprendido para sobrevivir ya no le servía y no conseguían
alimentarse debidamente, además como no eran tan sociales como los homo sapiens, pues
iban quedando muy reducidos y desvinculados; eso significa desinformación para defenderse
en ese medio agreste que ha cambiado.

Por otro lado, los antropólogos chinos nos sorprenden con el descubrimiento de restos óseos
que serian de otra especie homínida desconocida, con rasgos híbridos distintos. Fueron
recogidos en el suroeste de China y constituyen un nuevo misterio para los paleoantropólogos.
La datación, publicada en la revista PLoS One, está entre 14.500 y 11.500 años y habría
llegado directo de África. Tiene características de este homo, pero también más arcaicas; la
cueva que albergaba los restos es la cueva del ciervo rojo, así que esa denominación le ha
quedado. Algunos de sus rasgos son muy primitivos, parecidos a los de humanos pero mucho
más antiguos. Así es con esta especie desconocida.

Pero, a mi ver, lo más significativo de las recientes informaciones, es el tema del genoma
de los primates, si ya sabíamos que compartimos el 99% de los genes con los chimpancés,
pues ahora sabemos que es casi lo mismo con el gorila. Un equipo de investigadores
británicos ha completado la secuencia del genoma del gorila, publicando sus hallazgos en
la revista ‘Nature’. Confirman que nuestro pariente más cercano es el chimpancé, pero los
investigadores muestran que la mayor parte del genoma humano se asemeja más a la de
un gorila, que a la de un chimpancé. Menuda sorpresa. Es la primera vez que los científicos
han podido comparar los genomas de los cuatro grandes simios vivos: humanos, chimpancés,
gorilas y orangutanes, proporcionando una perspectiva única sobre nuestros orígenes,
consiguiendo así un importante medio en la investigación de la evolución humana.

En la investigación advierten que el 15% del genoma humano está más próximo al del gorila
que al del chimpancé. Y, el 15% del genoma del chimpancé es más cercano al del gorila que
al del humano… El equipo descubrió que la divergencia entre los gorilas, los seres humanos
y los chimpancés, se produjo hace alrededor de diez millones de años. Pero todo esto no
aclara qué nos hace humanos. Menudo dilema. No hay datos que marquen una explicación
a la diferencia entre el homo y estos primates, porque si nos distingue un mero 1% del
chimpancé, resulta que de ese 1% hay cosas comunes con el genoma del gorila… Así que la
genética no tiene todas las claves. Al respecto, Tomàs Marquès-Bonet, coautor del trabajo e
investigador del Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra y del CSIC y
del Departamento de Ciencias Genómicas de la Universidad de Washington, Seattle (EEUU)
explica que «Cuanto más estudio a los grandes simios y lo que nos separa de ellos,
menos entiendo qué nos hace humanos»; el investigador es quien ha liderado la aportación
española. Agrega. «Por supuesto que encontramos diferencias entre los linajes del gorila, el
chimpancé y el ser humano, pero lo que encontramos en el ADN no explica lo que nos hace
humanos. No es suficiente».

Lo único que queda claro es que el cerebro es más grande, esta masa cerebral es lo que
daría la base a una inteligencia mayor que ha ido permitiendo nuestra evolución. No deja de ser un puzzle verdaderamente inquietante el saber que tenemos un 99% común con
chimpancés, orangutanes y ahora con gorilas, nada menos…

Ahora bien, hay ciertos detalles dignos de mención, a pesar de su aspecto tremendo, resulta
que los gorilas son más pacíficos que los irascibles chimpancés, y el homo hereda ambos
extremos de comportamiento: la agresividad de unos y el pacifismo de otros, pero los amplía,
podemos ser mas pacíficos, amables y generosos, que los gorilas y más agresivos que
los chimpancés, en grado sumo, y, como anotan lo científicos, no hay antecedentes de
primates ‘camicaces’, es decir capaces de auto dañarse para infringir daño a los demás. Eso
si que es una aptitud ‘desarrollada’.
El investigador Frans de Waal, autor de ‘El mono que llevamos dentro’ y director del
Laboratorio Yerkes, de Atlanta, USA, explica cosas como que al separarse la especie
homínida de las otras primates siguieron teniendo relaciones, con los que hubo hibridación,
lo que explica el genoma común con los primates y que nos parecemos más al bonobo o
al gorila que al chimpancé, pacífico como estos y violento como el primero. Explica que
esa bipolaridad de violencia (que puede ser desmedida) y pacífico (también mayor que
en los animales) se corresponde con los simios, que quienes estamos emparentados.
Afirma que somos como primates bipolares pues tenemos lo del chimpancé que puede
ser extremadamente violento y lo del bonobo, sumamente pacíficos y amables. No es de
extrañarnos entonces lo oportuno e importante de la recomendación “resiste a la violencia en
ti”…

Además, sostiene que no somos diferentes en todo, sino en ciertos aspectos específicos,
como el lenguaje y en especial, el pensamiento abstracto. Las interacciones básicas de todos
los días entre padres e hijos, hombres y mujeres, grupos, jerarquías, son muy parecidas a los
simios, pero el pensar abstracto sí que es una diferencia. Increíble.

Sólo somos diferentes en el aspecto de nuestra capacidad simbólica, afirma el investigador.
No sabemos el porqué de estas cosas, pero si sabemos con certeza que el cerebro humano
es tres veces mayor que el de los simios mencionados; no hay nada nuevo entonces, salvo su
tamaño, ahí debe residir la clave de lo que nos distingue. Se dice que es la cultura lo que es
diferente de los simios, sin embargo eso tiene que ver con aprendizajes y, por ej., los simios
criados en cautividad pierden ‘la cultura’ de los bosques y no podrían sobrevivir ahí, de modo
que la base de aprender cosas y hacerlo muy complejo ya está en los simios. Y más cosas,
como por ej. se ha comprobado que pueden dejar de hacer tareas, como ponerse en huelga
digamos, si no se los premia debidamente. O sea entienden perfectamente un trato justo de
uno injusto.
De modo que muchas cuestiones, embrionariamente ya están en los primares, pero en el
homo es de un desarrollo y complejidad enorme.
Así que a la pregunta ¿qué nos hace humanos? La seguiremos investigando. Pero la chispa
de lo humano, sí que es bien distinta y lo que genera, aun más.º