Porque lo que es en la mayoría, sólo hay una coloración:
derecha y algo de centro, que pujaba por acceder al poder estos últimos 8 años.
Ahora lo
ha conseguido y el canto de los jóvenes frente a su sede nacional, lo dice todo: *“Ahora
el PP o esto se va al garete…»* Es decir, mucha gente ha votado esta opción como única
posible solución a esta crisis sin antecedentes.

Otros destacan que son las primeras elecciones sin la amenaza del terrorismo de ETA,
y es precisamente esto lo que se ha manifestado con la irrupción en el congreso de los
nacionalistas independentistas, antes prohibidos por no desmarcarse de la violencia.

Ahora bien, el índice de participación es del 57%, menor del casi 61% de la vez
anterior, o sea, hay un 40% que se queda en casa, no quiere votar, no cree que pueda ser
útil ni válido hacerlo, y esto hace que el porcentaje que vota a una tendencia dada hace
que esta logre la mayoría, y el resto de votos se distribuya en diversas variantes. Unas
nuevas otras antiguas.

Lo curioso en este caso es que han castigado al partido gobernante por recortes, la crisis,
el desempleo y demás problemas serios, premiando a un partido que ya dice *’no hará
milagros’* y deja entrever que habrán más recortes sociales y como tienen mayoría, no
tendrán que negociar componendas para aplicarlos. Un panorama inquietante sin duda.

Ir a votar es una experiencia singular, porque todo es muy voluntario y ordenado, al
llegar se consultan las hojas en que uno figura con la indicación de la mesa en que ha
de votar, situada en un aula del colegio electoral del barrio, con sus urnas transparentes
y autoridades de mesa vigilando. A las que se accede por un pasillo en donde están
las mesadas largas (antes de una pequeña estructura metálica con cortinas que es el
mítico *‘cuarto privado de votar en secreto’*, ¡vaya! lo hay) con todas las boletas habidas
y por haber. Allí hay unos montoncitos por cada partido, muchísimos montoncitos
alineados, aunque los partidos conocidos sean 2 ó 3, ya que hay varios minoritarios
que no logran ningún porcentaje representativo que permita un escaño; a este sector
pertenezco con el PH, que ha conseguido presentarse, pero es aún muy minoritario
– nos comunican que hemos conseguido 10.000 votos, así que a estas personas les
resuena eso del humanismo y les parece una opción válida, lo cual es maravilloso, muy
reconfortante, aunque sea meramente testimonial -.

Pero la discusión está en que los
votos *‘no valen lo mismo’* para unos que para otros, pues algunos consiguen escaños y
otros no; afirman que con mejor distribución conseguirían más, con lo cual el arco de
diputados seria más bastante más enriquecido y justo; lo que se debe a la proporción de
votos y población por ciudad, que aun no entiendo como funciona… Es la ley electoral
que muchos quieren cambiar como prioridad.

Ahora viene la deliberación de los perdedores, frente al júbilo de los vencedores, unos
como gobernantes y otros como oposición. Podría preverse algo así, no tanto por lo
que sale en los medios, sino porque no se veía (ni sentía) presencia alguna de este
partido *‘socialista’*, precisamente, en la calle; en mi barrio hay un local partidario, que las veces que he pasado por la puerta, estaba vacío, sin nadie, inactivo. Eso no es propio
de un partido activo; bien, así son las consecuencias.

Aunque lo más insólito, considero, es el comportamiento de los mercados, la nueva
directriz del momento, que no han premiado los resultados, que ya preveían, pues la
prima de riesgo sube, la bolsa baja y la impaciencia aumenta. Dado que, según los
expertos, un período extenso, según la formalidad, de traspaso de poderes no aguantarán
unos mercados ávidos e impacientes; que a la corta se traslada a más problemas de
desempleo, recortes, e incertidumbres y, en fin, desdicha social.

Mientras, el movimiento 15 M no baja los brazos, esa misma noche se reunió en las
plazas, con uno de sus lemas que dice: *‘Recuerda (al ganador) tenemos una cuerda…’*
Aparte de ocupar otro edificio para ayudar a los expulsados de sus viviendas, han
acordado continuar con la lucha y le exigen al nuevo presidente que mantenga la paz
social. Cabe destacar un hecho interesante y es que el diputado electo por Málaga es un
ex-portavoz de este movimiento que trabaja activamente con diversas asociaciones de
ciudadanos con IU y podrá llevar al recinto del Congreso muchas de las propuestas del
15-M a su debate parlamentario.

Además, empiezan una nueva caminata, ya parten desde Valencia, recorriendo 5.00 Km
hacia Madrid, también desde Cádiz, después será de Barcelona y demás ciudades, con
el propósito de reunir unas 200 mil personas en la capital y presentar sus reclamos, al
término de las caminatas.

Según un analista expone, este nuevo gobierno es como el capitán de un barco casi
destartalado que navega por aguas turbulentas, buscando virar el rumbo hacia un buen
puerto. ¿Lo conseguirá? Hay más de un desafío en ello.