Había mucha fuerza pero no agresividad. La creatividad desbordando por todas partes. Cuando el tono de la crítica es el humor y la alegoría, quiere decir que no se está buscando un rédito económico sino mucho más. El conflicto ni siquiera es con el Ministro de Educación, un peón más intercambiable del gobierno. Lo que se cuestiona es todo un status quo, una forma de sociedad, un sistema que se opone a la felicidad de la gente.

La marcha: interminable, no tenía fin por ningún lado. Emocionante, una gran promesa de que ahora las cosas pueden comenzar a cambiar, la gente está saliendo, no solo los estudiantes sino también los trabajadores, los profesores, los padres y abuelos. Vamos a ver cómo sigue la cosa.