Cuando se le preguntó a Matar Matar, líder de la oposición, sobre el inicio del proceso de diálogo promovido por Estados Unidos, respondió: *»No, todavía no, porque el gobierno no ha tomado ninguna iniciativa para hacer reformas políticas»*.

El pueblo debe tener *»garantías. Necesitamos aclaraciones sobre (…) el orden del día y la duración»* de las discusiones, explicó Jalil al Marzuk, miembro del partido Wefaq.

El rey Hamad Ben Isa al Jalifa designó a su hijo, el príncipe Salman Ben Hamad al Jalifa, para que dirija el diálogo con todos los miembros de la oposición.

Los opositores refutan la monarquía suní que reina en este archipiélago estratégicamente situado y principal aliado de Estados Unidos en el Golfo Pérsico.

Matar y al Marzuk, ambos diputados, forman parte del bloque de 18 parlamentarios miembros del Wefaq (oposición chiita) que se retiró del Parlamento de 40 escaños en protesta por la muerte de siete manifestantes, víctimas de los disparos que hizo la policía durante las primeras manifestaciones el 14 de febrero.

Miles de manifestantes continuaron presionando al poder al desfilar este sábado en Manama mientras gritaban *»¡vete Hamad!»*, al día siguiente de una marcha masiva que busca la caída del gobierno.

Pero las reivindicaciones de la oposición no van todas tan lejos: todas las tendencias confundidas coinciden en reclamar profundas reformas para establecer una verdadera monarquía constitucional.

*»Esperamos una iniciativa del príncipe heredero para ver la amplitud y la naturaleza de las reformas que tiene la intención de emprender»*, declaró Matar.

En tanto, el rey de Bahréin, Hamad ben Isa Al Jalifa, procedió el sábado a una remodelación ministerial y cambió de funciones a cinco de sus ministros, conservándolos al mismo tiempo en el gabinete. El primer ministro, jeque Jalifa ben Salman Al Jalifa, en el cargo desde hace cuarenta años y blanco de la ira de los manifestantes, continuará en funciones.

Este sábado regresó de su exilio un líder de la oposición chiita, Hasan Mashaima, sin que las autoridades le pusieran obstáculos.

Mashaima, que llegó procedente de Beirut, fue recibido en el aeropuerto por miembros de su familia y por un pequeño grupo de partidarios.

El líder chiita habló con los periodistas en su residencia, lanzando un llamamiento a *»fortalecer la unidad nacional»* y pidiendo diálogo entre la oposición y los manifestantes que acampan en la Plaza de la Perla, para ponerse de acuerdo sobre las reivindicaciones.

Secretario general del movimiento Haq, instalado en Londres desde junio, Mashaima fue juzgado en ausencia en Bahréin desde octubre en el proceso de 25 chiitas acusados de haber *»formado una organización ilegal»* y *»financiado actividades terroristas»*.

Pero el pasado lunes, el rey de Bahréin, Hamad Ben Issa Al Jalifa, enfrentado a una revuelta popular desde el 14 de febrero, indultó a estos acusados, una medida que había sido exigida por la oposición mayoritariamente chiita. Los 23 acusados detenidos fueron liberados el miércoles.