Jones convocó el 11 de septiembre a quemar volúmenes del Corán coincidiendo con el noveno aniversario de los atentados terroristas de Nueva York, que este año tiene lugar en medio del Pequeño Bairam, festividad musulmana de tres días que sigue al mes del Ramadán.

Para la jerarquía religiosa de Al-Azhar, máxima institución del Islam Sunnita en Egipto, la acción del prelado norteamericano sería un *»desastre»* que provocará gran irritación en el mundo islámico y advirtió de las *»peligrosas consecuencias de ese acto»*.

Percepciones similares expresaron renombrados clérigos cristianos y musulmanes del Líbano, así como figuras políticas que alertaron del abismo que podría crearse entre comunidades religiosas en Estados Unidos y en otras partes del mundo por tal actitud.

El patriarca cristiano maronita, Mar Nasrallah Boutros Sfeir, reprochó a Jones en una carta dirigida a los musulmanes libaneses en ocasión del Eid Al-Fitr, celebración que comienza este viernes con fiestas y banquetes tras un mes de ayuno y abstinencia.

Por su lado, el canciller iraní, Manouchehr Mottaki, atribuyó la situación actual a las políticas del ex presidente George W. Bush de promover conflictos religiosos, y a una *»guerra suave»* diseñada por Israel tras sus fracasos en las guerras contra los musulmanes.

Mottaki recordó lo que calificó de insultos al Corán y al Profeta Mahoma por el escritor británico Salman Rushdie y el caricaturista danés Kurt Westergaard, y alertó que ahora Jones puede azuzar la reacción de musulmanes y seguidores de otras *»religiones divinas»*.

El titular de Exteriores de la República Islámica opinó que el mundo no asistiría a tales incidentes si actos ofensivos previos contra el Islam hubieran recibido una respuesta decisiva de gobiernos occidentales.

*»Este aberrante y extraño plan es un flagrante insulto a los sentimientos de los musulmanes en el mundo entero y arruinará los esfuerzos de predicar entendimiento entre las fe»*, comentó a su vez un funcionario gubernamental de Kuwait citado por la agencia KUNA.

La cancillería del emirato pidió a sus representantes en Estados Unidos y en la ONU trabajar con homólogos árabes y musulmanes para asegurarse que se respeta la tolerancia islámica, mientras grupos independientes pidieron emplazar al embajador estadounidense.

El jefe de la liga de iglesias cristianas en Kuwait, el pastor Emmanuel Benjamen al-Ghareeb, recriminó al religioso estadounidense por atentar contra las enseñanzas de Cristo sobre la tolerancia.

*»Esta horrenda acción nada tiene que ver con la libre expresión y debe ser detenida o causará daño a las relaciones entre religiones, humanos y la comunicación cultural entre las naciones, si se ejecuta»*, dijo por su lado el primer ministro de Iraq, Nouri Al-Maliki.

Durante una reunión con funcionarios norteamericanos en Bagdad, Al-Maliki advirtió que la quema del Corán *»puede ser tomada por los fundamentalistas como pretexto para provocar más matanzas»*.

Entretanto, el Consejo Shoura (órgano legislativo) de Bahrain definió el plan de Terry Jones como un *»acto sórdido y atroz que cae en el segundo día del Eid Al-Fitr y contraviene valores de tolerancia y coexistencia preconizados por todas las religiones monoteístas»*.