Los vecinos de Andalgalá, Catamarca, junto a los miembros de la Asamblea del Algarrobo y de la Asamblea Socio-Ambiental del Noroeste Argentino (ASANOA) siguen resistiendo el polémico proyecto megaminero de Agua Rica. El fin de semana pasado fue totalmente reprimida una manifestación pacífica que se desarrollaba en la plaza del pueblo. Los manifestantes sufrieron una brutal represión por parte de las fuerzas de seguridad provinciales y nacionales, que descargaron golpes sobre numerosos vecinos, incluidas mujeres y niños, y mantienen al pueblo incomunicado. Ya hay 50 detenidos y decenas de varios heridos, que todavía no pueden ser atendidos por los médicos ya que la Policía mantiene las rutas bloqueadas.

Desde hace meses, la Asamblea El Algarrobo viene pidiendo una consulta popular, desoída sistemáticamente por gobernantes provinciales, nacionales y jueces. El martes pasado convocaron a una concentración en la casa de Catamarca, ubicada en la Capital Federal. Incluso organizaron una misa por la paz y una Marcha por la Paz y contra la megaminería el pasado 2 de enero, el mismo día que concluía la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia. Desde entonces, vienen llevando un corte totalmente pacífico y selectivo de ruta, dificultando sólo el paso de los camiones mineros.

Los medios de comunicación locales han sido progresivamente comprados por accionistas del proyecto minero. Incluso le ha sido concedida a la corporación minera la potestad para poder eliminar literalmente la ciudad, desplazando a sus habitantes de lugar. El megaducto que ya está instalado y que pasa por debajo de la ciudad, está prohibido en todo el mundo. El proyecto prevé la dinamitación de los Nevados del Aconquija, declarados santuarios de la naturaleza por ubicarse allí los nacientes de los cursos de agua que alimentan a la población. Durante siglos, los pobladores de la zona supieron proteger este recurso, cuidando el futuro de las generaciones siguientes.