En respuesta a Karzai, los talibanes y uno de los principales jefes de la insurrección, Gulbuddin Hekmatyar, declararon que *»no podían comprarlos»* y que, como condición mínima para comenzar a negociar, *»todas las fuerzas extranjeras»* debían abandonar Afganistán.

*»Si estuviéramos tentados por el dinero, habríamos aceptado lo que los norteamericanos querían antes de la invasión y estaríamos en el poder llenos de dinero»*, dijo uno de los voceros de los talibanes, Zabihulá Mujahid, aclarando que hasta tanto no haya retiro de los territorios ocupados por las fuerzas invasoras, no hay posibilidades de diálogo ni de negociación con el Gobierno de su país.

*»Las fuerzas extranjeras deben abandonar Afganistán. Un alto el fuego permanente debe ser decretado. Todos los prisioneros deben ser liberados»*, declaró Zubair Sediqi, un portavoz de Hezb-e-Islami, el movimiento que lidera Hekmatyar, al referirse a las condiciones necesarias para la negociación.

Karzai está resuelto a utilizar la ayuda internacional para financiar la reintegración de los ex combatientes y pagarles un salario. Quienes *»vuelvan a la vida civil serán ayudados a encontrar un trabajo, a tener protección y a reinstalarse en la comunidad»*, dijo Karzai, que agregó que el plan contaba con el apoyo de Estados Unidos.

*»El pueblo afgano necesita paz a toda costa»*, agregó Karzai, que descartó la posibilidad de incluir en el plan a los talibanes más duros y a los miembros de Al Qaeda.

Con Estados Unidos *»hablamos del problema de la reconciliación desde hace mucho tiempo. Y ahora apoyan el plan»*, dijo Karzai.

Estados Unidos quiere golpear el financiamiento de la insurrección y favorecer *»la reintegración de los talibanes que se apartan de la red»*.

*»Lo admitimos, en esta etapa, los talibanes forman parte del paisaje político de Afganistán»*, declaró Robert Gates, el secretario norteamericano de Defensa, en Islamabad. *»Pero una reconciliación sólo será posible si entregan las armas y participan en las elecciones»*.

*»La cuestión es saber si ellos están dispuestos a desempeñar un papel legítimo en el proceso político en curso, es decir participar en las elecciones, dejar de asesinar a los responsables de las autoridades locales y de matar familias»*, precisó.

Anteriormente, Karzai había invitado a los talibanes a negociar y a entregar las armas, incluyendo a su jefe supremo el Mulá Omar, y estaba dispuesto a ofrecerles cargos en el gobierno.

Los jefes talibanes, encabezados por Mulá Omar, afirmaron que no negociarán jamás mientras haya tropas extranjeras presentes en Afganistán.