Destacando la *»ola de democracia»* que vive América Latina en la que no caben *»retrocesos»* como el golpe de Estado en Honduras, Lula criticó los esquemas heredados de la guerra fría, condenando en particular la existencia de arsenales nucleares, y abogó en favor de levantar el bloqueo de Estados Unidos a Cuba. *»Será un signo importante de la voluntad de Estados Unidos de relacionarse con toda la región y contribuirá a la paz en nuestra América»*, comentó.

Enfatizando en el hecho de que Brasil es uno de los pocos países cuya Constitución estipula que la utilización de la energía nuclear sea exclusivamente para fines civiles y pacíficos, Lula calificó la existencia de los arsenales nucleares como algo *»obsoleto»*.

«Del mismo modo nos oponemos categóricamente a la proliferación nuclear», afirmó.

También se pronunció en contra de nociones como la guerra de civilizaciones o el principio de guerras preventivas. *»Es inaceptable justificar una agresión en nombre de una acción preventiva»*, señaló.

El premio, creado en 1989 y otorgado este año al mandatario brasileño tiene por objeto «rendir homenaje a las personas, instituciones u organismos que han contribuido significativamente a fomentar, buscar, salvaguardar o mantener la paz».

Anteriormente ha sido entregado a Nelson Mandela y Frederik W. De Klerk; Yitzhak Rabin, Shimon Peres y Yasser Arafat; el Rey de España, Juan Carlos I, y el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, entre otros.