«La No Violencia es un principio activo de la sociedad y del hombre, del ser humano, es un principio que le da el derecho a la desobediencia civil legitimada en este principio, a la resistencia al ejercicio del derecho ciudadano a protestar y a disentir pacíficamente.

La violencia es un Estado de facto, la violencia es un Estado inaceptable para las personas y para los Estados, la violencia no puede ser nunca legítima, aunque defienda derechos, la violencia no puede ser más que considerado como un Estado temporal de facto en una sociedad. Nunca debe ser el método de solución de problemas, acrecenta los problemas la violencia.
La violencia es toda aquella limitación en muchas formas que evita la participación de los ciudadanos en igualdad de condiciones, sean éstas económicas, sociales o políticas, toda limitación es violencia.

Esta misma Organización de Estados Americanos que como se expresaba está dirigida a un profundo momento de concepción y de transformación de acuerdo a las condiciones que hoy imperan en nuestras sociedades tiene la carta de la Organización de Estados Americanos.
El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y la Carta Democrático, todos tienen que estar actualizados con este cambio y esta forma de procurar La No Violencia.»

Y concluyó su discurso inaugural diciendo: «Señoras y señores, declaro instalada esta magna Asamblea, esta XXXIX Asamblea de la Organización de Estados Americanos por la libertad y por la esperanza de este continente, por un futuro unidos con todos los países de América procuraremos implantar, formar y desarrollar la cultura de La No Violencia.

Aquí entre nosotros está la voz de Mahatma Gandhi, mártir de este proceso de La No Violencia, de Jesucristo, profeta, Dios hecho hombre que predicó con estas palabras, de Martin Luther King que defendió con su vida los derechos civiles de los pueblos que han sido discriminados, de Abraham Lincoln que dio su esfuerzo y su vida por formar naciones respetuosas y democráticas del estado de derecho, Morazán, Martí, Sandino y Bolívar comulgan con nuestros principios y nuestras ideas.»