En tiempos coloniales la gente se dividió por una vieja artimaña que se utilizó para ganar dominio sobre sus recursos mientras ellos discutían y peleaban. Creció la conmoción, impidiendo una visión y un pensamiento claros de la situación y los políticos simplemente observaron sus fines propios y no al bien común. Los sistemas opositores capitalista-comunista introdujeron sus diversas influencias para ejercer predominio sobre nosotros, la gente del subcontinente de la India y nuestros gobiernos siguieron los consejos y tomaron rumbos diferentes. Además comenzaron a prodigar en armamentos, había una competencia entre los proveedores que les vendían las armas y como la India estaba dividida en dos, desafiaban que parte ofrecía mejor negocio. Con el tiempo esto dividió la nación y provocó competencia, pero era una forma conflictiva y peligrosa de competir. Se extendieron los egos nacionalistas. Los límites fronterizos se trazaron en (1947) y se volvieron a trazar en (1971) y aún requieren ser retocados por eso este mapa cambiante todavía no es el definitivo. Los remotos puntos de las potencias centralizadas marcaron los límites fronterizos a sus conveniencias y ¡dividieron la gente a lo largo del camino! Los ejércitos llegaron para afrontar aquellas condiciones adversas y las personas del lugar fueron sometidas. Destrozaron las familias. Las subregiones geográficamente bien unidas fueron separadas y las regiones con dependencia económica mutua ya no pudieron comercializar. Existe un estancamiento moral entre la India y Pakistán: Las recientes naciones separadas que una vez formaron parte de una alegre comunidad, ahora tienen ideas diferentes.

Sin embargo, en lo individual existe el anhelo por esa antigua fraternidad y por el compartir todas las cosas, desde el deporte hasta las formas culturales, la música y la danza; la literatura, la religión, el críquet (sin dudas), las películas y (por supuesto) las canciones pop. Algunos grupos creen que esto es parte del orden del día. ¿Cuál es el orden del día? Discriminar y sacar provecho de las diferencias. Todavía existen mucho más similitudes que diferencias y donde hay una diferencia, ¡qué interesante!, un nuevo gusto, un aroma diferente, otra interpretación. Maravillosa diversidad, una gran afinidad absoluta. Los problemas entre la India y Pakistán no son de la gente común, sino de aquellos que deciden por todos. Sus egocentrismos son la perdición de una vida civilizada. Con los años han acrecentado y agravado cuestiones fácilmente de solucionar, hoy han llegado a tal punto que la cuestión original se fue perdiendo con el tiempo y se han tenido que crear nuevos problemas y cuestiones para mantener hirviendo este estofado de 61 años; este mejunje de asuntos sin sentido.

Nosotros, la gente, necesitamos comprender mejor el origen del problema y proceder según nuestro punto de vista. Tanto la India como Pakistán tienen Humanistas que ven las cosas de una manera que iluminan el sendero que hay por delante; un punto de vista que se confirma mutuamente por elementos lógicos de ambas partes.
Creemos que cabe la reconciliación, siempre que se permitan las condiciones para darse el entorno y mantenerse. Cuando la gente tiene su palabra y no es la de esos apartados que obran sobre nuestros intereses, los problemas podrían acabar en muy poco tiempo. Después de esto, ambos países juntos ahorrarían alrededor de 22.5 billones de rupias por año que actualmente se gastan en armamentos. Este dinero se podría utilizar para proyectos de desarrollo y sería más que suficiente para acabar con el analfabetismo, el hambre, el desempleo, el problema habitacional, las enfermedades, etc.; brindando calidad de vida para muchos más habitantes de ambos lados.

El actual grupo de políticos no habla de ésta manera o en estos términos porque una inmediata solución implica un recorte considerable de sus ganancias personales, que obtienen como comisiones de los proveedores de armas. Pero, aquí estamos hablando de nuestras vidas. Este es nuestro futuro, un futuro que para cualquier persona culta de ambos lados tiene que trabajar para lograrlo en el menor tiempo posible. Es imprescindible comenzar hoy con este trabajo ya que el desafío es lograr resultados inmediatamente a medida que se nos pasa el tiempo. Basta de dedos que nos señalen de otros lugares. Ordenemos primero nuestra propia casa y hagamos algunas reflexiones. Los sucesivos gobiernos de la India le han echado la culpa a Pakistán de muchos de nuestros males, y actualmente la culpa en cuestión esta sobre el terrorismo. Esta es sólo la última.

No obstante, lo que le gusta dejar en el olvido a la India o mejor dicho quiere que nosotros dejemos atrás es:

1. Ambas partes tienen que deshacerse de las armas nucleares, y estas ‘Armas apuntadas’ no tendrán lugar en las relaciones internacionales. Tanto Pakistán como la India utilizando las armas quedarían desbastadas por lo tanto resultan inútiles, sumado a que el costo es inaccesible para sus gastos de mantenimientos.

2. Hay grupos violentos locales como los Naxalites, los ‘Hindutva Terror’ y otros, que hace un tiempo han exigido el rescate de la gente de la India con el conocido ‘Terrorismo Islámico’ que intervino en la tierra india. ¡No hay mucho para decir sobre estos grupos! ¿Por qué no? Muy cercanos pero no lo suficiente picante políticamente como los asuntos Hindúes-Musulmanes que hicieron tanta bulla.

3. ¿Qué hay sobre la corrupción y los criminales instalados en nuestro parlamento y en las asambleas de nuestro país? Están bajo la protección y el amparo de los principales partidos políticos; estas personas son nuestros legisladores. ¡Qué lamentable!

4. Al parecer, estos políticos ocultan US$ 1.460 billones de manera ilegal ‘dinero sucio’ en bancos suizos y otros montos adicionales en refugios fiscales. Estos políticos corruptos son los verdaderos terroristas. Estos inmorales no tienen derecho a hablar sobre cuestiones que tienen que ver con Pakistán y la India; ellos mismos fueron en primer lugar quienes construyeron y enmarañaron las cuestiones.

Ya no tenemos que aguantar este tipo de cuestiones. Primero, quitémonos las vendas de los ojos. Segundo, actuemos. Tengamos proyectos en común, actuemos en forma conjunta, con equidad, como seres humanos. Comencemos por nosotros mismos, que la India considere a Pakistán como un país de hermanos y hermanas, brindando oportunidades y un entorno placentero para darle la bienvenida a ésta nueva realidad, mientras que nosotros mismos verdaderamente también caminamos por el camino de ésta nueva realidad. Dejemos de hablar de grandes principios morales (¿Qué clase de moralidad es ésta?, juntémonos con las personas del otro lado con igualdad, sin ningún tipo de discriminación en absoluto. Dejemos el concurso e intercambio de culpas. Si somos buenos, es nuestro deber demostrar y compartir nuestra bondad con los demás; como también demostrar y compartir el proceso de transformación con los demás, como ejemplo de vida. Gandhi y Frontier Gandhi pertenecen a ambos lados y nosotros compartimos el mismo legado. Avancemos, dejando atrás los errores y las indiferencias. ¿Podemos hacerlo? ¿Nos interesa? ¿Queremos un futuro mejor? ¿Merecemos paz y prosperidad? Debemos respondernos estas preguntas, a nosotros mismos, con total honestidad desde nuestro interior. Después seguramente vendrán los acontecimientos.