Por Agencia Periodística Timbó

Las comunidades pilagá de El Simbolar, La Línea y Pozo El Perdido, ubicadas al noroeste de la localidad de Las Lomitas, Formosa, se han reunido en estas últimas semanas para manifestar sus necesidades, difundir sus gestiones y acordar acciones conjuntas sobre la mejora de la calidad de vida en esa zona. Sus referentes expresaron el malestar por el incumplimiento de los compromisos asumidos desde el Estado en materia de vivienda, educación y caminos, además de relatar las condiciones en las que se hallan debido a la falta de fuentes de trabajo y el acceso a la salud, la energía eléctrica y el agua.

Silverio Leonardo, referente de El Simbolar, contó: “El primer pedido nos entregaron seis viviendas, habíamos pedido dieciocho y nos salieron seis. Siempre fuimos con los pedidos, así que estamos esperando eso y viendo si podemos resolver en este tema. Hace un año que no tenemos respuesta”.

La comunidad es territorio pilagá y obtuvo su título de propiedad en la década del ‘80. Se ubica a unos 40 km del centro urbano de Las Lomitas, yendo por la ruta provincial 32, que está sin asfaltar.

Muy cerca de El Simbolar se encuentra La Línea, en donde viven aproximadamente quince familias pilagá. Erica del Carmen González es su referente y recordó: “Cuando estaba mi papá, que era presidente, nosotros pedimos doce viviendas pero nos dieron seis nomás. Dijeron que iban a hacer doce, pero no cumplieron. Hicimos reclamos y hasta ahora no pasa nada”.

Pozo El Perdido obtuvo la seguridad sobre su territorio en el 2014 luego de una larga lucha. Son aproximadamente 600 hectáreas, en las que viven veintidós familias. Allí, como en La Línea y El Simbolar, se dedican a la marisca y a la cría de animales. Algunos de sus jóvenes y adultos están capacitados en albañilería, perforaciones de agua y docencia. Las mujeres, además de las tareas domésticas, se especializan en cestería.

Alfonso Brinachi, referente de Pozo El Perdido, expresó: “En la comunidad tenemos la vida, tenemos todo para estar. Porque estando en el pueblo, no tenemos oficio y te complica, el único oficio que tenemos, la única fuente de trabajo que tenemos es el campo. Por eso seguimos defendiendo nosotros lo que nos pertenece, cuidamos, tratamos de que todos los animales del monte sigan ahí. Cuidamos del desmonte que viene ahora y no sabemos en más años, porque ya no tenemos la miel de abeja, en nuestros campos, en nuestra comunidad, ya no tenemos una parte”.

En esta comunidad, de las diez viviendas solicitadas y comprometidas por parte del Estado, se hicieron seis y permanecen sin respuestas sobre la continuidad de las obras.

Foto Agencia Periodística Timbó

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Salud

Los referentes relataron que carecen de acceso a la luz y al agua potable, que el estado del camino en tiempos de lluvia lo hace intransitable, que la distancia de los centros de salud es muy grande y que no cuentan con salitas de primeros auxilios y medicamentos suficientes.

“La familia se siente muy mal, hablando de la salud. Tenemos el agente sanitario pero no cuenta con los medicamentos. Nosotros reclamamos y nos dicen que a veces no hay medicamentos en el hospital, en la Provincia parece que no tienen destinado a la comunidad. Pero nosotros tratamos de llevar a los pacientes a Las Lomitas con esfuerzo, y si llueve ya nos complica mucho”, apuntó Leonardo.

Y agregó: “En la comunidad no tenemos el acceso de luz, y nos complica. Pedimos en asamblea también el tema de la luz, por el tema del cuidado de la salud de los chicos. Y el tema del agua nos complica cuando empieza el tiempo de seca, en estos meses de agosto hasta octubre. Tenemos un molino pero a veces falla y no hay viento. Y al pedir en Las Lomitas tenemos que hacerlo antes porque por ahí te llevan a los cinco o seis días”.

“Pedimos el asfalto hace mucho, creo que en el 2015 tenían que hacer la ruta. Dijeron que iban a cumplir, pero no pasó nada hasta ahora. Cuando llueve nadie puede pasar”, añadió González y describió algunas dificultades más que se viven en su comunidad: “Cuando nos quedamos sin agua por falta de molino tomamos de pozo-balde. Y en la comunidad La Línea a veces no llueve y eso cuesta, encontrar agua no es muy fácil. A veces los animales que tenemos se mueren por falta de agua y de alimento también porque el campo está seco”.

Foto Agencia Periodística Timbó

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Educación

“En el tema de educación hay una comunidad que está muy afectada con el tema de la escuela, por el cual los chicos a veces están en el medio del sol y no tiene como llegar un maestro que les enseñe. Y en la zona nuestra, tenemos escuela, pero los maestros tienen que dormir ahí y queremos que sea más grande, una nueva escuela. En las tres comunidades es la misma situación”, explicó Leonardo.

Por otra parte, necesitan una escuela secundaria, ya que los adolescentes deben trasladarse lejos de sus casas para poder continuar sus estudios. “Los muchachos que terminaron la primaria se pasaron, están en Las Lomitas estudiando. Algunos se recibieron acá y algunos faltan y los tenemos acá en la comunidad. Por lo cual nosotros también hemos pedido una escuela secundaria. Estamos a 43 km de una escuela secundaria. Y hay una a 18 km de La Línea, en Fortín Soledad, para un chico que va y vuelve en bici. Y el estado del camino cuando llueve ya nos complica porque no se encuentra en condiciones. No está el enripiado que se comprometieron y no hicieron. Nosotros hemos hecho un pedido de asfaltado, pero hasta ahora no hay respuesta”, relató Leonardo.

Una situación similar viven en La Línea ya que cuentan con la Escuela Primaria N° 424 en donde estudian alrededor de treinta niños. “Estamos pidiendo la escuela secundaria, porque los chicos terminan la primaria y se quedan. Algunos se van, pero vuelven a su comunidad, no pueden terminar por falta de recursos. En el pueblo es muy complicado, no tienen donde quedar y se vuelven. Hay muchos gastos y no se puede comprar lo que se necesita”, amplió González.

En Pozo El Perdido, los quince niños en edad escolar asisten a un Anexo de la Escuela 95, esta última ubicada en El Simbolar. No tienen edificio, necesidad que vienen manifestando desde hace doce años ya que dictan clases debajo de los árboles o de un tinglado improvisado para ese fin, ni comedor y aún permanece vacante el puesto de Maestro Especial para la Modalidad Aborigen (MEMA), docente encargado de educar a través de la lengua materna y la cultura propia.

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Foto Alfonso Brinachi/Agencia Periodística Timbó

Organización

Erica González, como referente de su comunidad, valoró la participación y la organización: “Siempre, desde niña, quise ser una persona que pueda ayudar. Mi papá, cuando estaba, me enseñaba la situación. No importa cuán difícil es, nosotros tenemos que seguir hasta poder conseguir lo que queremos. Eso es lo que me enseñó mi papá: a ser una buena persona, a seguir adelante y luchar por los demás”.

“Las tres comunidades nos hemos empezado a reunir desde el 2014, empezamos a hacer una asamblea entre las tres comunidades porque vemos las cosas que están pasando. En ese año nosotros nos reunimos y empezamos a charlar los dirigentes. De esa reunión conseguimos las seis viviendas, pero hay muchos pedidos que nos están faltando. La asamblea que nosotros hacemos es para el bien de la comunidad a la que nosotros pertenecemos”, expresó el referente de El Simbolar.

Tras años de gestiones para poder obtener respuestas del Estado en cuestiones de necesidades básicas como educación, vivienda, agua, trabajo y camino, El Simbolar, La Línea y Pozo El Perdido decidieron reunirse y manifestar públicamente sus demandas.

Alfonso Brinachi expuso: “Pedimos al Gobierno, no regalar, sino que nos apoye, que nos solucione, que nos den fuentes de trabajo para la comunidad, que nos den herramientas como para poder trabajar. Dicen que nos dan, nos ayudan, pero nunca recibimos la ayuda. Nos critican que somos vagos, que no hacemos nada, pero no se dan cuenta que no recibimos ninguna ayuda de parte de ellos”.

Por último, Silverio Leonardo recalcó: “Un mensaje para los funcionarios es, no criticarles, pero decirles que ellos también se tienen que sentar en el lugar de las comunidades, de los pedidos que hemos hecho. Hemos hecho un pedido y ellos saben que tienen que cumplir. Deben cumplir lo que estamos pidiendo y a lo que se han comprometido ellos”.

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