El Tribunal Permanente de los Pueblos Contra la Guerra Imperialista y la OTAN (TPPCGIO) celebró sus Segundas Sesiones en Madrid los días 18 y 19 de Junio de 2016. En ese contexto se presentó ante el plenario y fue aprobado el
presente Informe, que sirvió de base para la redacción y aprobación de una Resolución Especial.

Historia y presente del imperialismo de Estados Unidos

EE.UU. ha sido a lo largo de su historia una potencia imperial, es decir se ha impuesto a otras naciones por medio de la fuerza militar, política y económica.

En menos de dos siglos su territorio se multiplicó por cinco, comprando o anexionándose por la fuerza territorios de otras naciones y territorios indígenas.

Los territorios de los estados de California, Nevada, Arizona, Nuevo México, Utah, Texas y Colorado fueron arrebatados a México y 12 millones de indígenas fueron exterminados en la conquista del Oeste.

Se consolida como imperio tras su victoria en la Guerra Hispano-Norteamericana, controlando Filipinas, Cuba y anexionándose Puerto Rico. A partir de ese momento, el término “imperialismo estadounidense” es aceptado en la
comunidad internacional, tanto por su práctica histórica como por su práctica actual. Su política injerencista está recogida en el destino manifiesto, la doctrina Monroe, y las doctrinas de seguridad nacional.

Tras la II Guerra Mundial en 1945, Estados Unidos se consolida como primera potencia mundial y como fuerza imperial hegemónica, con dominio en los ámbitos económico, político, mediático y militar.

La II Guerra Mundial finalizó con el lanzamiento por parte de los EE.UU. de dos bombas nucleares en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, asesinando a cientos de miles de civiles. En ningún momento ha pedido perdón ni ha mostrado arrepentimiento por esta masacre.

Desde la II Guerra Mundial y habiendo firmado la carta de Naciones Unidas, donde se prohíbe el uso de la fuerza, EE.UU. ha intervenido en más de 200 acciones de injerencia, desestabilización y agresión militar, entre las que hay que destacar:

China 1945-49
Italia 1947-48
Grecia 1947-49
Filipinas 1945-53
Corea 1945-53
Albania 1949-53
Alemania 1950-hasta hoy
Irán 1953
Guatemala 1953-90’s
Cercano Oriente 1956-58
Indonesia 1957-58
Guyana 1953-54
Vietnam 1950-73
Camboya 1955-73
Congo 1960-65
Brasil 1961-64
Dominicana 1963-66
Cuba 1960-hasta hoy
Indonesia 1965
Chile 1964-73
Grecia 1964-74
Timor 1975-hasta hoy
Nicaragua 1978-79
1982-87
Granada 1979-84
Libia 1981-89
Panamá 1989
Irak 1990-hasta hoy
Afganistán 1979-1992
2001-hasta hoy
El Salvador 1987-92
Haití 1987-94
Yugoslavia 1995-hasta hoy
Granada 1983
Panamá 1989
Venezuela 2002-hasta hoy
Libia 2011-hasta hoy
Siria 2011-hasta hoy

Las acciones militares más importantes han sido:

– Operación Ciclón (1978) en República Democrática de Afganistán.
– Operación Furia Urgente (1983) en Granada.
– Operación Causa Justa (1989) en Panamá.
– Operación Escudo del Desierto (1991) en Irak.
– Operación Restaurar la Esperanza (1992) en Somalia.
– Operación Deliberate forcé (1995) en Yugoslavia.
– Operación Alcance Infinito (1998) en Tanzania y Kenia. (En ese mismo año se realizan también operaciones en Afganistán y Sudán y no están claramente identificadas las operaciones).
– Operación Fuerza Aliada (1999) en Yugoslavia.
– Operaciones Justicia Infinita y Libertad Duradera (2001 y siguientes) en Afganistán.
– En 2002 operaciones en Pakistán, Yemen y Somalia, fundamentalmente con drones.
– Operación Libertad Iraquí (2003) en Irak.
– En 2011 en Libia.

Ya durante la primera mitad del siglo XX América Latina y el Caribe constituía, y así sigue siendo hasta día de hoy, uno de los principales teatros de operaciones del imperialismo estadounidense. Allí Estados Unidos ejerce su dominio a través de oligopolios empresariales, golpes de estado, injerencias internas, guerras económicas y mediáticas e intervenciones armadas.

Se calcula que alrededor de 70 golpes de estado en América Latina han tenido intervenciones norteamericanas. Estados Unidos organizó la represión a escala continental a través de la Operación Cóndor, creó una escuela de represión, tortura y golpismo denominada Escuela de las Américas, y ha intervenido militarmente en Dominicana, Nicaragua, Granada, Panamá, Haití y Cuba, a la que mantiene bajo un bloqueo económico, político y mediático desde 1960. Este historial de injerencias llega hasta el presente, con el apoyo al separatismo en Bolivia (2008), el golpe de Honduras (2009), Venezuela (2002, y ciclo de desestabilización 2014-16), Brasil (2016).

El imperio económico norteamericano ha dejado de basarse en la producción, ejerciendo su dominio a través de las instituciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial), la dolarización de la economía mundial y el progresivo control de las fuentes de energía y el transporte.

En el ámbito político EE.UU. fija la doctrina, las normas y procedimientos, excluyendo y destruyendo cualquier otra práctica que considere contraria a sus intereses.

Hay que resaltar el carácter extraordinariamente pragmático de su política, que le permite aliarse con Estados y actores violadores de los principios que él establece (Israel -pieza fundamental del dominio imperialista estadounidense-, Arabia Saudí, fuerzas paramilitares, grupos fascistas, etc.) al tiempo que criminaliza y acosa a quienes de hecho sí comparten tales principios, como es actualmente el caso de Rusia; todo ello con el único objetivo de defender sus intereses.

Ejerce el dominio y control de los organismos internacionales: Naciones Unidas, Consejo de Seguridad, Tribunales Internacionales, OIT, etc., tomando represalias contra ellos cuando considera contrarios a sus intereses como ha sido el caso de la UNESCO.

EE.UU. construye su imperio en base a la hegemonía militar; cuenta con entre 700 y 1.000 bases militares, distribuidas en 100 países en los cinco continentes; dispone de armamentos y tropas para actuar masivamente en cualquier lugar del mundo y su presupuesto militar es el 41% del total mundial. Además, cuenta con el mando supremo de la OTAN, estatutariamente bajo su dirección, lo que le confiere el mando militar sobre 28 de los países más desarrollados del mundo.

El Departamento de Defensa de los EE.UU. ha dividido la totalidad del planeta en seis comandos:

América del Norte USNORTHCOM
América del Sur USSOUTHCOM
Africa USAFRICOM
Europa USEUCOM
Oriente Medio USCENTCOM
Asia Oceanía USPACOM

Lo que pone en evidencia su estrategia del dominio militar del mundo.

La presidencia de Barack Obama

Barack Obama asume la Presidencia de los EE.UU. en Enero del 2009; el cargo implica la comandancia y jefatura del ejército y el mando sobre el comandante en jefe de la OTAN.

En su equipo presidencial recoge a destacadas personalidades belicistas: el General Jim Jones, que tuvo bajo su responsabilidad Abu Ghraib y Guantánamo y los ultrasionistas Rabin Enmanuel y Dennis Ross y nombra como Secretaria a Hillary Clinton, que recoge que testigo político de su marido, Bill Clinton, responsable de los bombardeos a Yugoslavia en 1995 y 1999; y declara la necesidad de “un nuevo esfuerzo para renovar la posición de EE.UU. en el mundo”.

Pese a todo se le concede en Octubre de ese mismo año el Premio Nobel de la Paz por “su visión de un mundo libre de armas nucleares y el trabajo en ese sentido que ha estimulado poderosamente el desarme”. Es la primera vez que se concede un Premio Nobel por una declaración de intenciones. En sus primeros meses de mandato se comprometió a desmantelar la presión de Guantánamo y a llevar un programa de acercamiento con los países árabes.

El New York Times señaló: “La Administración Obama está invirtiendo decenas de miles de millones de dólares en la reconstrucción del arsenal nuclear y de las instalaciones estadounidenses”. Esta afirmación se refiere a:

– Las instalaciones de Kansas City con más de 4.000 especialistas para el desarrollo de armas nucleares que no requieran pruebas subterráneas.
– El desarrollo de un complejo nacional con 40.000 especialistas con el objetivo del diseño y desarrollo de armas nucleares inteligentes.
– Puesta en marcha de 57 programas de armamento por un importe de 335 mil millones de dólares.
– La construcción de doce submarinos nucleares de ataque.
– La construcción de 100 bombarderos nucleares estratégicos.
– La construcción de 400 misiles balísticos intercontinentales.

Según el Monterrey Institute el coste del programa militar será de un billón de dólares hasta 2024. Del total del presupuesto federal de EE.UU., el presupuesto militar supone el 25%. Por todo lo expuesto hay que considerar inútil todo lo firmado en el 2010 en el Tratado Start III sobre limitación de armas nucleares.

En este mismo marco de rearme y escalada injerencista hay que señalar:

– El aumento de la capacidad bélica de la OTAN, su expansión territorial y el aumento de sus presupuestos.
– La utilización intensiva, y apenas supervisada, de drones que llevan a cabo ejecuciones extrajudiciales con total impunidad y arbitrariedad, aumentando al mismo tiempo el número de víctimas no combatientes.
– Aumento de la injerencia, las guerras económicas y mediáticas y los golpes de estado blandos.
– La utilización de ejércitos interpuestos en todas las zonas de conflicto.
– El diseño de estrategias regionales de desestabilización para hacerse con el control y dominio de extensos territorios e incluso de continentes.
– La estrategia de acoso para la eliminación de cualquier resistencia a su
hegemonía.

Todo ello se pone en evidencia en los conflictos desatados en las denominadas “Primaveras Árabes”, en las revoluciones de colores, en el conflicto de Palestina, en la contrarrevolución latinoamericana y en el acoso a Rusia, vulnerando los compromisos adoptados en la disolución del Pacto de Varsovia. Como acciones
concretas vale señalar:

– El bombardeo a Libia en el 2011, donde se atacaron objetivos militares y civiles especialmente las instalaciones gubernamentales.
– La injerencia en Ucrania, alentando y financiando el golpe de estado fascista y la posterior guerra civil.
– El Decreto de Emergencia Nacional de marzo del 2015, en el que se declara a Venezuela “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidense”, prorrogado en marzo de 2016.
– El despliegue de la OTAN en el este de Europa, llevando a la frontera Rusa armamento ofensivo e instalando en Rumanía una base del escudo antimisiles.
– Desarrollo del escudo antimisiles, sistema prohibido en el Tratado ABM firmado con la URSS en 1972 y denunciado unilateralmente por EE.UU. en 2001.

Esto supone el abandono de la lógica de la disuasión y supone activar la carrera armamentística. La efectividad de dicha carrera, por otro lado, ha sido puesta en duda por numerosos especialistas a pesar de lo cual se corren todos los riesgos derivados de esta escalada militarista, se asume el recorte de libertades y derechos democráticos que ello implica, extendiendo al conjunto de la sociedad la opacidad y arbitrariedad propias del ámbito militar, y se gastan miles de millones de dólares en este sistema.

Por todo ello se puede constatar que la presidencia de Barack Obama, como las de sus predecesores ha tenido un marcado carácter belicista, sirviendo a los intereses del imperio estadounidense y ha supuesto un aumento del sufrimiento humano y del riesgo para la vida en el planeta.

El papel de España en la política imperial estadounidense

Además de su pertenencia a la OTAN, España mantiene fuertes vínculos militares con los EE.UU.. El sometimiento al imperialismo estadounidense se produce, por tanto, por partida doble.

Los acuerdos bilaterales con EE.UU. se mantienen desde 1953, fueron reforzados durante la Transición, y han sido revisados en varias ocasiones desde entonces, siempre con miras a reforzar la integración de España en el despliegue
militarista de los Estados Unidos en Europa y el Mediterráneo.

Al mismo tiempo, España es miembro de la OTAN desde 1982 y tras el referéndum de 1986 se establecieron una serie de restricciones en nuestra adhesión :

– La no pertenencia a la estructura militar.
– La reducción de la presencia norteamericana en nuestro territorio.
– La no presencia de armamento nuclear.

Estas condiciones nunca fueron plenamente respetadas y en 1997 un decreto del gobierno de Aznar las redujo prácticamente a la nada.

En este momento la posición geoestratégica de España y su doble vínculo EE.UU. – OTAN, hace de su territorio una pieza clave de la estrategia imperialista de EE.UU. y sus aliados. Esto se pone en evidencia en el creciente papel en la estructura militar EE.UU.-OTAN:

– Torrejón. Aunque ya no es base estadounidense, sin embargo ha sido ofrecida por España a la OTAN para alojar uno de los dos únicos Centros Combinados de Operaciones Aéreas (CAOC) que quedan en Europa, con cobertura de todo el flanco sur, incluyendo Turquía y el Mar Negro. Controla las operaciones de vigilancia y defensa del espacio aéreo de todo el flanco sur, pero también las operaciones ofensivas en las áreas contiguas, lo que incluye Ucrania, Rusia, África subsahariana y Próximo Oriente. La ubicación en Torrejón del CAOC ha venido acompañada por la
construcción de un búnker de grandes dimensiones (el más grande de España) financiado y por ende controlado por la OTAN (es decir, por los Estados Unidos) en un 75%.

– Morón. Es una base de supuesta “utilización conjunta” entre España y EEUU, pero es, de facto, la base de apoyo logístico estratégico mayor para todas las operaciones de los EEUU en Oriente Próximo, Europa
sudoriental y África: por ella han transitado todas las fuerzas aéreas, suministros y repostaje de todas las operaciones en esas áreas, incluyendo las guerras en los Balcanes y en Oriente Próximo y Medio. El gobierno de Rajoy, además firmó una modificación al Convenio de Defensa por el que autorizaba el establecimiento permanente de una fuerza de intervención inmediata de marines (hasta 2.000 efectivos), con sus medios de despliegue, para su utilización en cualquier teatro de África o el Mediterráneo oriental. Asimismo, en Junio de 2015 el Gobierno español aceptó que la base de Morón pueda servir de base permanente para el AFRICOM.

– Rota. Formalmente es una base de utilización conjunta y perdió parte de su interés cuando la caída de la URSS permitió el repliegue de los submarinos nucleares estratégicos. Sin embargo, la nueva estrategia de expansión al este provocó la necesidad para los EEUU de desplegar cuatro destructores de la clase “Arleigh Burke” con el sistema AEGIS del Escudo Antimisiles; eso barcos de guerra ya están desplegados y, de hecho, han realizado misiones empleando Rota como base de operaciones (el USS Donald Cook fue enviado al Mar Negro en la primavera de 2014,
tras el golpe de Estado en Ucrania).

Este sistema está siendo completado ahora con instalaciones de detección en Rumanía (ya entregadas) y con lanzadores en Polonia, Holanda, etc. El sistema ha sido fuertemente denunciado por Rusia como una flagrante
violación del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Medio, al tratarse de misiles que, siendo armas tácticas de alcance medio, previstas para la defensa aérea, pueden ser armadas con cargas nucleares tácticas. Es
también la base de estacionamiento de la Flota española y del Buque “Galicia”, que es buque de mando para el componente naval de la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF) en ciclos de 6 meses cada 3 o 4 años.

– Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de Bétera (Valencia). Es un centro de mando desplegable a disposición de la OTAN para el componente terrestre de la NRF, también activado intermitentemente en ciclos de varios años. Se da la circunstancia de que se le ha asignado esta función durante todo el 2016, como núcleo de la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad, a la que aporta unos 3/5 del contingente terrestre (de
unos 5.000 efectivos en total). Esta Fuerza Conjunta realizó el pasado mes de Mayo maniobras militares en Zagan (Polonia), y se prevé que sea declarada completamente operativa en la próxima Cumbre de la OTAN, que va a tener lugar en Varsovia el día 9 de Julio.

Asimismo, conviene recordar que en los meses de Octubre y Noviembre de 2015 se realizaron las maniobras Trident Juncture, las más relevantes organizadas hasta la fecha, y la mayor parte de este ejercicio militar tuvo como escenario el territorio español.

A esto cabe añadir que la inmensa mayoría de los países europeos están integrados en la OTAN, y que la Unión Europea, a pesar de las declaraciones de intenciones acerca del desarrollo de una posición estratégica autónoma, no es capaz de oponerse a las instrucciones de Estados Unidos incluso cuando éstas son claramente contrarias a los intereses de las principales potencias europeas (como se ve en la escalada de tensiones con Rusia).

En este sentido, Estados Unidos es el primer interesado en una redistribución de las cargas económicas en el seno de la OTAN para que los países europeos asuman mayores costes. Desde sectores acríticos, desnortados, sumisos, que se denominan a sí mismos europeístas y hasta impulsores del cambio, se presenta esta redistribución presupuestaria como una oportunidad para ganar autonomía estratégica frente a Estados Unidos, pero no se explica cómo eso es posible cuando se hace precisamente lo que Estados Unidos está proponiendo.

Por otro lado, la negociación del TTIP tiene efectos específicos sobre la industria militar y de defensa, ya que acentúa los procesos de concentración empresarial a escala continental. Una de las máximas preocupaciones del Ministro de Defensa español durante los últimos años, dado su íntimo vínculo con la industria militar, ha sido de hecho favorecer la unificación de las diferentes compañías del sector en España, para que éstas puedan tener luego una mejor posición a escala europea.

Toda esta estructura no obedece a ningún interés nacional, se trata exclusivamente de servir a los intereses del imperio norteamericano. España se encuentra alejada de los territorios que supuestamente constituyen una amenaza
(Rusia) y carece de rasgos objetivos por los que pueda ser objetivo de ningún tipo de ataque, exceptuando la existencia de instalaciones militares que sí pueden constituir una amenaza real para esos terceros países. Nuestra condición es de dependencia y sometimiento, la seguridad y la soberanía nacional están siendo entregadas sin que se esté ofreciendo la más mínima resistencia. Esta pasividad contrasta con la potente resistencia que el imperialismo estadounidense encuentra en otras regiones del globo; sin embargo, los medios de comunicación, y nuestros políticos con su actitud, se están encargando de minimizar su importancia y ocultar tanto las consecuencias del imperialismo como los fenómenos de resistencia, para lograr la aceptación pasiva de la población.

El tratamiento informativo de la próxima visita de Obama a España este mes de Julio es prueba de ello. En todos los medios se señala, repitiendo la lectura que de ello hace públicamente el Gobierno en funciones, que esta visita pone fin a unos años en los que el Gobierno estadounidense se habría mostrados distanciado de y disgustado con España como consecuencia de la decisión, tomada por el Gobierno de Zapatero, de retirar las tropas de Irak. Se trata de una
lectura difícil de sostener a la vista de las numerosas concesiones hechas por el Gobierno español durante los últimos cuatro años, especialmente en relación con el uso dado a las bases de Morón y Rota. De hecho, en general las clases
dirigentes españolas, independientemente del color político con el que se hayan vestido, han sido dóciles ante los dictados de Washington, considerando que ese era el mejor modo de proteger sus intereses particulares.