Pressenza: Has terminado este libro recién, esta semana sale de imprenta ¿puedes comentarnos de qué trata?

MR: Trata de la evaluación de aprendizajes en el ámbito de la educación. Por una parte, es una reflexión en torno a los elementos sobre los cuales se basa nuestro concepto de evaluación educativa. Por otra parte, deriva en el bosquejo de una propuesta concreta para aplicar un tipo de evaluación diferente al que conocemos y utilizamos en educación. Una propuesta basada en mejorar las relaciones entre profesores y estudiantes y, a partir de eso, valorar el trabajo y el aprendizaje del otro desde la confianza y no desde el control, la manipulación y el castigo.

Pressenza: ¿Por qué se llama «De la domesticación a una evaluación libertaria»? ¿Qué proceso describe?

MR: La tesis fundamental del libro es que la evaluación que se aplica en la actualidad en Chile, cuyo énfasis está en las calificaciones, en la comparación entre estudiantes y en la idea de premiar y castigar, nunca ha buscado promover, realmente, el aprendizaje, sino que se utiliza para someter y doblegar la voluntad y la creatividad, es decir, para domesticar. Una evaluación que reconoce la libertad de las personas, y se propone fortalecerla, no puede utilizar las amenazas y el miedo como herramientas para conseguir que los estudiantes hagan lo que se les pide y lo que se espera de ellos.

Pressenza: ¿Qué es lo que estamos evaluando y para qué?

MR: Bueno, en el actual sistema educativo, lo que se evalúa, claramente no es el aprendizaje, como un proceso de transformación de los individuos y de los grupos, en función de una adaptación creciente. Lo que se evalúa es la capacidad de responder de acuerdo a lo que alguien, que se encuentra en una situación de poder (sea el profesor, el currículum o el mismo sistema), determina como lo bueno, lo correcto, lo inteligente y lo razonable. Sin embargo, lo bueno, lo correcto, lo inteligente y lo razonable, no existe en sí mismo: depende de alguien, de un punto de vista que lo comprende de esa manera. Lo más importante en el proceso de enseñanza y aprendizaje es que el estudiante se apropie del conocimiento y de las herramientas intelectuales que se han ido construyendo a través de cientos de generaciones. Es decir, que sea el propio estudiante el que tiene la capacidad de reconocer y superar los errores que comete cuando procede o actúa de una cierta forma. Pero esto no se consigue castigando el error, penalizando el error. Por el contrario, el error es parte del aprendizaje y es absurdo que esté asociado a la sanción. Lo único que se consigue con esto es falsear todo el proceso y despojarlo de autenticidad.

El problema de fondo es que este tema de la evaluación está ligado a toda una ideología que estructura nuestra sociedad actual. Una ideología que puede señalarse como “darwinismo social”, donde lo que se busca es promover que el más “apto” sobreviva, devorando al más débil.

Pressenza: ¿Quiénes son principalmente los destinatarios de tu obra, para cuál lector escribes?

MR: En primer lugar, profesoras y profesores, académicos, personas ligadas a la formación. En segundo lugar, personas interesadas en cambiar la educación para transformar la sociedad actual.

Pressenza: ¿Qué esperas que ocurra una vez que este libro se conozca, se lea, se discuta?

MR: Mi principal interés es que el libro llegue a mucha gente, que sensibilice en esta área, que ayude a repensar la educación. Me gustaría que, distintas personas, abocadas a diferentes tareas relacionadas con educación y comunicación, tomaran este punto de vista y lo aplicaran y adaptaran a sus propios espacios de trabajo.

Pressenza: ¿Dónde y cuándo lo vas a presentar públicamente?

MR: En una primera instancia, el libro publicado por Virtual Ediciones será presentado en la ciudad de Talca, el día 10 de mayo a las 11:00 de la mañana en el Aula Magna de la Universidad Católica del Maule. Posteriormente, la idea es hacer una presentación, al menos en las ciudades de Curicó y Santiago. Idealmente me gustaría, también, lanzarlo en otros países latinoamericanos.

Pressenza: ¿Quiénes van a ser los presentadores en esta primera oportunidad y por qué?

MR: Para la presentación de Talca, estará Alberto Mayor, sociólogo de la USACH, Mario Aguilar, Dirigente del Colegio de Profesores y Claudio Rojas, Psicólogo de la UCM. La razón de convocar a estos presentadores, es porque representan miradas diferentes de un mismo fenómeno, y son connotados formadores de opinión a nivel nacional en el ámbito en el que se desempeñan.

Pressenza: Nos parece de interés lo que irá sucediendo con estas propuestas ¿cómo podemos seguir el debate, seguir en contacto?

MR: Pienso que es una necesidad de los educadores que aspiramos a transformar la educación que existe hoy en día y que está basada en la competencia y en el mercado, de que nos articulemos y apoyemos, de alguna manera, para “unir fuerza” y para aumentar el volumen de nuestras voces y de aquellas voces incipientes, que queremos una educación humanizadora. ¿Cómo se hace esta articulación? Sinceramente no sé cómo responder. Creo que un primer paso es que cada una de estas voces grite lo más fuerte que pueda en el espacio donde se desarrolla, porque para articular una fuerza, primero es necesario que esa fuerza exista, que se exprese, que se manifieste. Gritar fuerte y agudizar el oído, estar con las antenas receptivas, para escuchar otras voces y alimentarlas.