Los médicos en formación están en huelga. Por primera vez en la historia, el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) ha retirado los servicios de urgencias de los doctores auxiliares tras la negativa del gobierno a negociar. No se trata de dinero, sino de crear condiciones imposibles que pondrían en peligro a los pacientes, y también a los médicos si llevaran a cabo prácticas inseguras. Una propuesta de última hora por parte de un partido transversal le hubiera permitido salvar la cara a la Secretaría de Sanidad (la introducción de un contrato piloto seguido por una evaluación) fue rechazado categorícamente. La intención no podría ser más clara.

Otros médicos cubren a sus colegas porque apoyan sus acciones plenamente, ya que se trata nada menos que de la propia existencia del mundialmente famoso y asequible NHS. Es tan famoso y rentable que no se puede permitir que exista, es un mal ejemplo; otros podrían imitarlo y eso no es bueno para las compañias privadas de seguros médicos que se esconden detrás de la estrategia del gobierno británico.

La vieja estrategia de destruir los servicios públicos para que su privatización se vuelva deseable y urgente a los ojos de la opinión pública, ya denunciada por Noam Chomsky y muchos otros, está siendo llevada en este caso a su máximo esplendor. El Servicio de Sanidad Público está escaso de fondos, por lo que no siempre funciona como debería, de ahí la decisión de que los médicos en formación trabajen exhaustivamente con la excusa de ofrecer «un servicio de sanidad público de siete días a la semana» (ya trabajan siete días a la semana), de crear condicones de trabajo imposibles, de que aquellos tomen medidas fruto de la desesperación, y de asustar a la población para que se apuren a contratar un seguro médico privado. En tándem con retirar las becas de los estudiantes de enfermería, este es solo otro ejemplo de esfuerzo decidido para destruir el NHS.

La estrategia fue utilizada por Margaret Thatcher para borrar del mapa a los mineros, y ahora también provocan a los maestros, planificando transformar todas las escuelas en academias, rompiendo el sistema educativo para facilitar una mayor privatización.

Todo esto se explica magistralmente en el perspicaz artículo de Frankie Boyle en el Guardian de hoy: [Ministro de Sanidad] «Jeremy Hunt no entiende a los médicos en formación. Es coautor de un libro sobre cómo desmantelar el NHS» «Esto forma parte de una estrategia consciente para llevar el servicio sanitario hasta tal punto que el público vea la privatización como la mejor opción. Naturalmente, las cosas no van a mejorar. Se venderá todo a una empresa como Sanidad de Virgin. La multinacional Virgin no consigue que funcionen los W.C. del tren Glasgow-Londres por lo que le recomendamos que se diversifique en algo menos difícil como la cirugía de transplantes.»

El líder laborista Jeremy Corbyn plantea las mismas acusaciones: «Corbyn acusa a los conservadores de socavar el NHS para que más pacientes acudan al sector privado» «…En la conferencia del sindicato de trabajadores de la Comunicación en Bournemouth les dijo: «El NHS no está bien financiado. Todos los hospitales tienen deudas. Esas deudas se cumplen mediante la venta de activos y la reducción de servicios. Pero a veces me pregunto si no hay un programa más profundo – para reducir gradualmente la eficiencia y la eficacia del Servicio Nacional de Salud y al mismo tiempo promover el sector privado de sanidad.” The Guardian

Cualquier muerte que tenga lugar durante la huelga será sin duda utilizada por el gobierno para culpar a los médicos por la huelga, a pesar de que no tenga relación alguna. Los médicos en formación y el NHS necesitan todo el apoyo que le podamos dar.