El profesor Stephen Hawking, uno de los científicos británicos preeminentes, ha dicho que los esfuerzos para crear máquinas pensantes suponen una amenaza para nuestra existencia, diciéndole a la BBC: “El desarrollo de una inteligencia artificial íntegra podría significar el fin de la raza humana.”

Esto da miedo viniendo de un genio. Y añadió: “Los humanos, limitados por una evolución biológica lenta, no podrían competir, y serían reemplazados.”

¿Me atrevo a llevarle la contraria a una de las mentes más brillantes (y a la que admiro mucho personalmente) de nuestros tiempos?

El profesor Hawking sabe mucho de máquinas y convive con ellas dentro de una simbiosis útil. Desde su silla de ruedas motorizada a su sintetizador de voz controlado por un ordenador, las máquinas le han permitido expresar su enorme capacidad para llevarnos un paso adelante hacia el conocimiento del Universo, lo que hubiera sido imposible si hubiera vivido en una era menos tecnológica.

Pero sí me atrevo a llevarle la contraria. Los seres humanos no están sujetos a una “evolución biológica lenta”.

La revolución en la evolución de la conciencia tuvo lugar en el alba de la humanidad cuando las imágenes se exteriorizaron, cuando los humanos comenzaron a trasladar las imágenes en sus mentes, o sea en su Espacio de Representación, a las paredes de cuevas, al lenguaje, otorgando nombres a cosas que carecen de nombre en la Naturaleza, transformando la imagen de un cuenco en un cuenco de arcilla para transportar agua o brasas de un lugar a otro originando la producción de la cerámica; la primera experiencia de la irreversible transformación de la materia por el fuego realizada por humanos.

Junto con el desarrollo progresivo de Intencionalidad, el modo particular que cada individuo tiene para edificar el mundo en su Espacio de Representación [1] y exteriorizarlo de modo interactivo con los demás humanos, dio lugar al nacimiento de la Cultura en la que nacen todas las generaciones del futuro.

Es la aglomeración histórica de la cultura, esta exteriorización interactiva del Espacio de Representación de todos los individuos de la especie, lo que cambió nuestro camino evolutivo radicalmente, al no depender ya solo de las mutaciones genéticas aleatorias de la naturaleza que crean nuevas características, algunas destinadas a la extinción, otras, para que los individuos que las portan se adapten bien a un cierto entorno.

En los humanos, la acumulación histórica cultural dio lugar a una aceleración evolutiva nunca antes vista en otras especies. Mientras que el cuerpo físico, el cerebro en particular, todavía puede estar sujeto a su base fisiológica, (tal vez en principio no tan diferente a los primeros ejemplos del género), es capaz de “plasticidad”, es decir, la capacidad de desarrollar nuevas vías neurales como respuesta a estímulos. De esta forma, las nuevas experiencias a las que está expuesto, precisamente por la acumulación histórica y cultural, han estado creando nuevas estructuras neurofisiológicas que han permitido una explosión de conocimiento y crear nuevos horizontes incluyendo las muy temidas máquinas. Esto ocurre dentro del ciclo de vida de cada persona. La famosa cita de Newton, “Si podía ver más allá es porque me sostenía en los hombros de gigantes”, es verdadera, pero lo que es aún más importante, es que todos nos sostenemos en los hombros de todos aquellos que nos precedieron y que coexisten con nosotros.

Es más, a pesar de que la teoría de la epigenética transgeneracional, no está aceptada o demostrada en su totalidad, (la trasmisión de rasgos adquiridos que heredan los descendientes) también podría explicar algunos de los cambios que vemos en el proceso evolutivo humano.

Por lo tanto e independientemente de los nuevos trucos que las máquinas puedan desarrollar en el futuro, los humanos tienen un potencial enorme para desarrollar nuevas vías neurales para comprender y asimilar esos cambios a su propia evolución, lo que forma parte de nuestra capacidad de Intencionalidad.

Esto no significa que seamos complacientes y creer que todo irá BIEN.

Hemos sido testigos una y otra vez más del mal uso de la tecnología para fines antihumanistas basado en los valores violentos de un sistema deshumanizante pero es la intencionalidad humana la que ha tomado la dirección equivocada y también es la intencionalidad la que se esfuerza por humanizar, por eliminar la violencia y crear un mundo solidario y justo.

Discrepancia con el Profesor Hawking #2

Cuando en la sesión de Preguntas y Respuestas del New Reddit Journal of Science se le preguntó “¿Ha pensado en la posibilidad del “desempleo tecnológico”, en el que desarrollamos procesos automatizados que al final pueden crear mucho desempleo al desempeñar el trabajo de una forma más rápida y/o más barata de lo que la gente pueda realizar? Hay quien compara este pensamiento con las ideas de los Luditas, cuya revuelta fue propiciada en parte por el desempleo tecnológico observado hace más de 100 años. ¿Prevé usted concretamente un mundo en el que la gente trabaje menos porque hay tanto trabajo automatizado? ¿Cree que la gente siempre encontrará trabajo o bien producirá más trabajo para desempeñarlo? …”

A lo que contestó:

“Si las máquinas producen todo lo que necesitamos, el resultado dependerá de la forma en que se distribuyan las cosas. Todos podrán disfrutar de una vida de ocio lujosa si se comparte la riqueza producida por las máquinas, o bien la gran mayoría acabará miserablemente pobre si los dueños de las máquinas ejercen presión contra la redistribución de la riqueza. Hasta ahora, la tendencia parece que se inclina más por la segunda opción; la tecnología dirigiendo una creciente desigualdad”.

Esto se ha denunciado en varios sitios como una forma de crítica al presente estado del capitalismo, lo que probablemente sea cierto, y desde ese punto de vista tiene razón y estoy totalmente de acuerdo.

Donde creo que hay un punto ciego dentro de la posibilidad de que las máquinas desempeñen la mayor parte del trabajo servil es en la convicción de que para el rol de todas las personas en nuestra sociedad solo haya trabajo renumerado u ocio (o desempleo, claro).

La progresiva reducción de la semana laboral o el Salario Básico Universal deberán liberar el tiempo no solo para el ocio, pero también para el aprendizaje, la creatividad y la investigación por ser las cuestiones más importantes a las que se enfrenta la humanidad.

En la raíz de todos nuestros temores, como el de ser reemplazados por las máquinas, yace el temor a la muerte, la soledad, la enfermedad, la vejez, a una vida sin sentido. El sistema actual basado en la “productividad” no da lugar a cuestiones fundamentales, permitiendo que aquellas tengan acceso solo a círculos restringidos, académicos o elitistas. De hecho, algunas de las mentes más brillantes de nuestro tiempo se están desgastando especulando en la Bolsa o fabricando armas de destrucción masiva, mientras que todos nosotros -y también esas mentes- nos sentimos incapaces de explorar en profundidad el dilema de la Muerte y la Transcendencia o el Significado de la existencia humana, porque no hay tiempo para ello, estamos muy ocupados y, además, ¡esos conceptos no se pueden convertir “en moneda”

Cuanto antes los amos de la riqueza y los promotores de la desigualdad, que están sujetos a las mismas preguntas y temores, se den cuenta que el permitir a más gente a pensar en y experimentar esos temas también les dará una respuesta a sus necesidades existenciales, antes saldrá la humanidad del actual estado de miedo y violencia.

Por consiguiente, las máquinas tienen un papel fundamental a desempeñar en una sociedad humanizada que se ha dado cuenta que la utilidad de las mismas no reside en más acumulación y concentración de riqueza, sino en liberar la riqueza del potencial humano hacia la exploración y la creatividad al servicio de todos.

Traducido por: Herminio Piñeiro

[1] Para leer más sobre el Espacio de Representación, ver: Apuntes de Psicología, Silo.