Por Desmond Brown

La comunidad de Fondes Amandes, en la isla de Trinidad, se unió desde 1982 para luchar contra el cambio climático en el valle de Saint Ann, en la cordillera Septentrional de este país insular del Caribe.

Durante años, los incendios forestales redujeron los bosques de los alrededores de Fondes Amandes a hierba quemada y tocones de árboles carbonizados. La población local ha sido testigo del aumento de las lluvias en el área y de cómo la estación lluviosa se extendió sobre la seca.

Akilah Jaramogi, quien comenzó el Proyecto de Reforestación de la Comunidad de Fondes Amandes hace 32 años junto con su esposo, ahora fallecido, dijo a IPS que lograron recuperar y revivir el bosque y el río.

“Llegué a Fondes Amandes a principios de la década de los años 80, muy contenta de estar en la cuenca, pero eso solo fue en la estación lluviosa, cuando el lugar era muy verde y lindo, pero en época seca era otra historia”, relató.

“Todo se volvía marrón, de ahí pasaba al gris y luego incendios brillantes en la noche. Los cerros se quemaban. La tendencia en Fondes Amandes era incendios forestales en la estación seca e inundaciones en la cuenca en la lluviosa”, describió.

“Para mí, viniendo de una comunidad rural del sur de Trinidad, era algo muy extraño. Era desgarrador”, recordó Jaramogi.

El Proyecto de Reforestación de la Comunidad de Fondes Amandes transformó la ladera polvorienta y estéril en un área en la que crecieron altos árboles, los frutales prosperaron al lado de plantas en flor, y cada año llegaba más vida silvestre.

Y desde 1997, ningún incendio forestal rompió el sistema de indicadores de fuego ni la rápida acción comunitaria creada para proteger la cuenca.

El cambio climático es una realidad para la comunidad, puntualizó Jaramogi, y las variaciones afectaron la calidad y la producción de los árboles frutales. Ella identificó su impacto en los cítricos, los mangos y los aguacates.

“Con los años, noté cambios drásticos en el clima. Ya no tenemos una estación seca y otra húmeda. En los últimos tiempos, hemos tenido condiciones climáticas extremadamente secas. Este año, fue realmente larga y causó tremendos incendios forestales en Trinidad y Tobago”, observó.

Según ella, el éxito y la duración del proyecto obedecen a la participación de la comunidad.

“La mayoría de los miembros son de aquí y hay un sentido de propiedad y de orgullo por nuestro ambiente natural. Eso también es lo que hace que nuestros patrocinadores mantengan la relación con Fondes Amandes. Con o sin fondos, vienen a hacer lo que hay que hacer”, explicó.

Su hija, Kemba Jaramogi, también colabora con el proyecto. Es una bombera capacitada y protectora dedicada del bosque.

Aunque los incendios se inicien fuera del área reforestada del proyecto, eso no impide que los voluntarios lo apaguen, aun si implica caminar dos horas por el bosque hasta el foco del fuego, explicó, y detalló cosas sencillas que se pueden hacer para frenar su propagación y evitar que se vaya de las manos.

“Primero, debe haber una mejor coordinación entre las unidades de bomberos de la División Forestal, los grupos de Reforestación Nacional y las organizaciones no gubernamentales. Segundo, estos grupos necesitan tener mejores equipos”, precisó.

“El proyecto, por ejemplo, carece de equipamiento para combatir incendios forestales como extintores de mochila. Son bombas de agua con una manguera con cintas para cargar en la espalda”, explicó.

“Tercero, los helicópteros de la Seguridad Nacional han estado apagando incendios desde el aire con Bambi Buckets (unos baldes especializados con agua y suspendidos de la aeronave por un cable), pero estos se usan cuando el fuego ya está fuera de control”, detalló.

“Un uso más efectivo de la capacidad aérea sería equipar los helicópteros para poder llevar a los bomberos hasta las zonas de difícil acceso, cuando el incendio todavía es controlable, bastante similar a los equipos de bomberos paracaidistas”, añadió.

Pero no siempre de despachan bomberos paracaidistas a zonas muy alejadas.

“Una cuarta solución sería capacitar y emplear el Regimiento T&T para combatir el fuego en la estación con mayor incidencia de incendios”, acotó.

En Trinidad y Tobago es ilegal encender un fuego al aire libre durante la estación seca, de noviembre a mayo.

Kemba Jaramogi señaló que a pesar de su riqueza petrolera, este país no tiene un plan de acción nacional para combatir los incendios forestales, como personal capacitado y equipado y protegido, así como un sueldo adecuado con seguro, por ser una tarea de riesgo.

Ella propone que las autoridades exploren opciones para dotarse de un plan de acción forestal y de incendios forestales, pues “no podemos esperar hasta que los cerros se degraden durante la estación seca y se erosionen en la lluviosa para darnos cuenta de la importancia de nuestro bosque”.

El Proyecto de Reforestación de la Comunidad de Fondes Amandes cuenta con recursos del gobierno nacional a través de su Fondo Verde.

Entre los socios hay varias agencias estatales como la Autoridad de Agua y Saneamiento, la División Forestal del Ministerio de Ambiente y Vivienda y la Oficina para la Gestión y Preparación de Desastres.

También recibe apoyo del Instituto de Recursos Naturales del Caribe (Canari, en inglés) y la Global Water Partnership–Caribbean (GWP-C).

“Desde que nos asociamos, no solo han estado activos, sino que hemos podido colaborar con ellos de diferentes formas”, dijo a IPS la oficial de comunicaciones de GWP-C, Gabrielle Lee Look.

Por ejemplo, “un sistema para recolectar el agua de lluvia que está en este complejo que respalda al proyecto. ES un orgullo cuando tienen muy poca agua y seguiremos apoyando a Fondes Amandes en términos de actividades”, añadió.

El Proyecto de Reforestación de la Comunidad de Fondes Amandes obtuvo varios premios, entre ellos la Medalla Colibrí en 2007, en reconocimiento por su aporte a la conservación ambiental. También obtuvo el premio Hoja Verde, el más alto honor ambiental de Trinidad y Tobago, y fue designado por Canari como modelo para la comunidad forestal en todo el Caribe.

Pueden encontrar a Desmond Brown en Twitter: @BrownBerry2013

Editado por Roger Hamilton-Martin / Traducido por Verónica Firme

El artículo original se puede leer aquí