Hace pocos días atrás, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador -CONAIE-, organización histórica de los pueblos indígenas del país recibió un comunicado administrativo que daba por terminado el comodato (figura de bien público que se entrega en uso a organizaciones o instituciones), que el Ministerio de Inclusión Económica y Social-MIES, tenía con la organización. Esta decisión ha abierto un nuevo frente de debate en el país. Para que nuestros lectores cuenten con un contexto más o menos suficiente, publicamos a continuación la carta que el filósofo Boaventura de Sousa Santos, ligado desde hace un buen tiempo a diversos procesos en varios países del continente, le dirigió al Presidente Rafael Correa y la respuesta que, unos días después, circuló el Movimiento PAIS, actual movimiento en el gobierno. Las posiciones encontradas no se han hecho esperar e intentaremos dar cuenta de ello. Por lo pronto, dos posiciones explícitas que dan elementos para construir opinión.

Boaventura de Sousa Santos

Señor Presidente:
Pasé todo el 30 de Septiembre de 2010 en la sede de la CONAIE junto a varios amigos, entre ellos Alberto Acosta y Humberto Cholango. Estaba en curso un levantamiento policial y Usted estaba retenido. Fueron largas horas de incertidumbre y de mucho debate. Había quienes argumentaban que su política hostil en relación a la causa indígena no daba ningún incentivo al movimiento para salir en su defensa. Había quienes pensaban – como yo, mis dos amigos mencionados y muchas otras personas – que lo que estaba en juego era la sobrevivencia de la democracia y que, en ese momento, Usted era su garante. La discusión fue larga pero la decisión final fue muy clara: había que defender la democracia y hacer todo para que el Presidente regresase a Carondelet. Así se hizo y Usted regresó cansado pero recompensado de todos los riesgos vividos aquel día.

Salí satisfecho de la sede de la CONAIE. En aquella ocasión, como en tantas otras en el pasado, aquel edificio había sido el guardián de la democracia ecuatoriana. Para los que piensan, como yo, que las sociedades valen lo que valen las luchas colectivas de sus ciudadanos y ciudadanas por una sociedad más inclusiva y más democrática, las memorias de esas luchas son parte del patrimonio del país y no se borran nunca. Quienes imaginan lo contrario, acaban pagando un precio muy alto: son ellos los que son borrados de la memoria del pueblo.

Sin importar las justificaciones legales, expulsar a la CONAIE de su edificio es un acto injusto y políticamente insensato. Porque he sido solidario con Usted en tantas ocasiones, me pregunto en plural: ¿por qué desperdiciamos de manera tan desatinada una oportunidad única de transformar el Ecuador en una sociedad más justa, intercultural y plurinacional? ¿Cómo es posible dejar de ver que una oportunidad como esta no volverá en muchas décadas? ¿Cómo es posible que demos la espalda a una conquista de los pueblos como es el Sumak Kawsay? ¿Cómo podemos transformar tan fácilmente a adversarios con quienes deberíamos debatir en enemigos que se quiere abatir? ¿Cómo es posible que el código genético racista de la izquierda latinoamericana nos atropelle cuando menos lo imaginamos? Señor Presidente, sepa que, al expulsar a la CONAIE de su casa, expulsa a mucha más gente que inclusive no ha estado de acuerdo con ciertas opciones de la CONAIE en el pasado. Y sepa sobre todo que los sin techo son hoy en día un movimiento muy fuerte en nuestro continente. Los sin techo de la CONAIE darán qué hablar y seguirán haciendo historia.

Boaventura de Sousa Santos – 12 de diciembre 2014

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Señor Boaventura de Sousa Santos:

Las causas indígenas han sido atendidas y concretadas como nunca antes por la Revolución Ciudadana: la superación de la pobreza, educación de calidad, salud, becas, vivienda, agua, tierra, vialidad, empleo digno, radios comunitarias, comunidades del milenio, etc., tienen y seguirán teniendo a la población indígena como su prioridad.

De ello no hablan los discursos sino los hechos y realidades tangibles, tras ocho años de este hermoso proceso de transformaciones pacíficas, democráticas y en paz que vivimos en Ecuador, reconocidas por propios y extraños, salvo por seudo líderes que no representan a sus bases.

De ahí que su pregunta es también la nuestra: «¿Cómo podemos transformar tan fácilmente a adversarios con quienes deberíamos debatir en enemigos que se quiere abatir?». Y bien recuerda usted esa fecha aciaga del 30 de septiembre, hace cuatro años, cuando líderes de la CONAIE formaron parte de una conspiración golpista contra la Revolución Ciudadana y el jefe de bloque de Pachakutik, Cléver Jiménez, era el primero en pedir la renuncia del Presidente Correa. ¿Cómo es posible –nos preguntamos también nosotros–, que se opte por una oposición ciega y muchas veces violenta contra el Gobierno que más ha hecho por los pueblos y nacionalidades indígenas, y se prefiera la alianza tras bastidores con la derecha, con sus históricos enemigos? ¿Es que estas posiciones representan a los pueblos indígenas?

¡Sólo la existencia de agendas particulares de falsos líderes, que nada tienen que ver con los pueblos y nacionalidades, permite explicar estas conductas!
Son innumerables los esfuerzos de diálogo realizados por la Revolución Ciudadana con todos los sectores del movimiento indígena, muchos de ellos dignos y coherentes, y que participan activa, critica y propositivamente de este proceso, ¡sin sucumbir a las presiones del gran poder mediático, que otorga efímera promoción a quienes se oponen a la Revolución Ciudadana! Nuestra Revolución siempre está y estará abierta al diálogo con todos los sectores y líderes honestos del movimiento indígena y de todos los movimientos sociales.

Pero las luchas sociales y los procesos de cambio demandan de todos nosotros coherencia política y no el doble discurso: de declarar total autonomía del Estado pero buscar de él prebendas y canonjías, de condenar todo lo que hace la Revolución Ciudadana y no tener empacho en acuerdos inescrupulosos con la derecha. ¡Los derechos de las organizaciones indígenas no se reducen a tener un local para ciertos dirigentes; son los derechos de justicia y equidad que estamos construyendo día a día para todas y todos!

¡Tenga usted la certeza de que Ecuador no está desperdiciando su oportunidad de construir una sociedad justa, equitativa, intercultural y el anhelado SUMAK KAWSAY! Todo lo contrario, ¡avanzamos con pasos firmes, tomando todos los riesgos de cambiar las relaciones de poder en favor de las mayorías y por ello contamos con el apoyo mayoritario del pueblo ecuatoriano, dueño de este proceso!

MOVIMIENTO ALIANZA PAIS – 16 de diciembre de 2014