Publicamos en esta entrada la carta de la persona tetrapléjica que murió hace unos días cuando la Compañía de Electricidad le cortó el suministro eléctrico por impago de una deuda de unos 800 euros. Su hijo sostiene que su deuda se había reducido a los 110 euros, después de que una persona hubiera pagado el resto de su deuda. Esto no cambia el hecho de que esta persona fue asesinada por el Estado[1]. Eftijía es una de las decenas de miles de personas que son conducidas por el sistema social inhumano a la pobreza, indigencia, y son tratadas como cifras. Algunas son conducidas al suicidio, a otras el Sistema les quita la vida diariamente. Eftijía Popodaki fue asesinada directamente. El objetivo de los de arriba es obvio: quieren que nos acostumbremos a la miseria, a la barbarie, a la muerte.

Mi nombre es Eftijía Popodaki. Soy una persona con tetraplejia desde hace 20 años, estoy en la cama y estoy con vida conectada con aparatos desde enero de 2003. Manejo el ordenador a través de una cámara de infrarrojos. Tengo una enfermedad llamada esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Nací el 30 de octubre de 1958.

Toda mi vida me he dedicado a la agricultura, excepto durante el año y medio que abrí una floristería para vender las plantas que cultivaba yo misma, así que no se beneficiaban de mi trabajo los comerciantes (mediadores) y me compraran las plantas por unas migajas. Y esto porque tenía que criar a tres hijos. Encontré una tiendecita de 15 metros cuadrados y a un contable. No me dijo que era necesario (obligatorio) que me inscribiera en el Fondo de Comercio. Abrí la floristería y pensé que todo estaba en orden con respecto a mis obligaciones (deberes) con el Estado. Nadie me molestó. En noviembre de 1993 empecé a perder el equilibrio y caer en el suelo sin saber porque. En diciembre de 1993 me hospitalicé en un hospital en Atenas. Entonces los médicos prepararon para mí todos los documentos (papeles) necesarios, “para que los presentara en mi Fondo” como me dijeron.

Cuando regresé a Canea, Creta, (con muletas) comencé a recopilar el resto de los papeles (documentos). Mi salud iba de mal en peor. Mi padre presentó los documentos en el Sistema Especial para Trabajadores Agrarios, y me llamaron a comparecer ante un comité en abril de 1994 (en aquel entonces yo estaba en una silla de ruedas). La decisión fue la esperada: 100% de discapacidad – cuadriplejia. Me dieron una pensión 2 o 2,5 años después. A mi hijo lo llamaron a hacer el servicio militar. Creo que se fue a la Agencia Tributaria, cerró la caja registradora y la vendió.

La floristería cerró el 31 de diciembre de 1996, y mi hijo se fue a hacer el servicio miliar. En julio de 2007 me llegó un documento del Fondo de Comercio, comunicándome que les debía 45.000 euros. Me puse a escribirles una carta, ya que no podía comunicarme de otra manera (desde diciembre de 2002 llevo puesto un tubo traqueal), y les expliqué más o menos lo que les estoy escribiendo ahora. Parece que no la leyeron, y un mes más tarde me llega otra carta. No daban respuestas a los interrogantes que les había planteado. Era una copia de la primera carta.

Vuelvo a imprimir la carta que les había enviado, y se la reenvío. Otra vez no me respondieron. Esto continuó durante algún tiempo. Durante 2-3 años me enviaban el mismo papel y yo se lo devolvía sin siquiera abrirlo. El viernes 31 de mayo de 2013 me llegó una carta del Sistema Especial para Trabajadores Agrarios, y me dice que me cortan la pensión y la asistencia sanitaria, porque tengo una tienda que está en funcionamiento, y no me dan ni siquiera los gastos sanitarios que hice en 2012 y 2013, ¡los cuales llegan a unos 20.000 euros! Necesito una mujer para que me cuide. ¿Cómo voy a vivir? Sé que la vida de nosotros, de los 1.540 pacientes con ELA es muy costosa para el Estado. Pero si legalizarais la eutanasia, la haría ahora mismo para deshacerme de los torturadores estatales del pueblo griego, y no sólo del pueblo griego.

Artículo original http://www.casmadrid.org/index.php?idsecc=noticias&id=5245&titulo=NOTICIAS