El presidente Evo Morales promulgó el viernes la Ley de Promoción de Inversiones, instrumento normativo que está orientado a generar el desarrollo económico y social del país, y no sólo la ‘ganancia’ de los inversionistas.

El jefe de Estado, en el acto que se desarrolló en Palacio Quemado, dijo que ‘en esta nueva ley el Estado prioriza, define, orienta las inversiones. Antes la inversión escogía dónde invertir no pensando en empleos sino en ganancias. La nueva Ley de Inversiones  no sólo es instrumento para la ganancia sino para el desarrollo’.

En el acto de promulgación participaron autoridades del Ejecutivo, Legislativo y representantes de la Confederación de Empresarios Privados, con quienes se elaboró la norma.

Morales explicó que el incentivo a la inversión tiene tres objetivos: impulsar sectores productivos estratégicos en el país, generar empleos y equilibrar la inversión en las regiones, tomando en cuenta para esa situación los recursos naturales y áreas de producción de cada departamento.

Recordó que en anteriores gobiernos la inversión privada y extranjera ‘nos volvió más pobres porque estaba dirigida al saqueo de los recursos naturales, en cambio con la norma recientemente promulgada, dijo, el objetivo es generar riqueza para distribuirla entre todos los bolivianos.

El Presidente destacó que la actual norma establece la resolución de controversias ante tribunales nacionales y no en extranjeros como el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) donde es una constante que ganen las empresas y no los Estados. ‘Ésta es también una forma de liberarnos’, dijo.

El Mandatario indicó que el pasado año (2013) la inversión del Estado llegó a 3.800 millones de dólares, mientras que la inversión extranjera fue de 1.750 millones de dólares.

Puntualizó que la seguridad jurídica tan reclamada por los inversionistas debe estar dirigida ‘a la vida’ y ‘no al plata’.

Finalmente recordó que tantas veces fue observada la política de nacionalización implementada por el Gobierno desde 2006,  porque supuestamente se paralizarían las inversiones hacia el país, cuando ocurrió todo lo contrario y en la actualidad el Estado es socio de empresas extranjeras en grandes proyectos y porque ‘más bien con la nacionalización crece la inversión’.