El Diario «La Nación», fundado en 1917 por Eliodoro Yáñez, fue creado con vocación libertaria para la expresión libre de las ideas. Una década después, sufrió la expropiación por parte del gobierno golpista de Ibáñez. En manos del Estado, fue pasando de un gobierno a otro. Hoy lunes, el conglomerado presidido por Sebastián Piñera resolvió cerrarlo tras 95 años de existencia. La decisión no hace más que acrecentar la concentración de medios en Chile, donde dos empresas ya controlan el 90% del mercado.

«Durante 20 años tras el retorno a la democracia, hemos visto un diario La Nación que ha estado siempre bajo la subordinación de los gobiernos de turno. Creemos que esto no es conveniente y que los gobiernos no necesitan de medios de comunicación propios«, sostuvo ante la prensa el ministro Andrés Chadwick luego que la junta extraordinaria de accionistas, en la que los representantes del gobierno poseen el 70% de la propiedad del periódico- votaran a favor del cierre y disolución de la sociedad, pese a la oposición de los accionistas minoritarios y de los sindicatos de trabajadores.

Por su parte Víctor Pérez, a nombre del sindicato de trabajadores, señaló que «el gobierno impuso su criterio, argumentando que no quiere tener más sociedades con privados, que el diario es deficitario aún cuando cuenta con unos 4 millones de dólares de utilidades anuales, entre ingresos por publicidad y procedentes del Diario Oficial«.

«Si esto hubiese sucedido en Venezuela o en otro país, el escándalo que se hubiera armado habría sido gigantesco. La derecha estaría rasgando vestiduras, estaría cacareando por la falta de libertad de prensa, sin embargo acá en Chile hacen y deshacen lo que se les antoja. Esto es muy grave, estamos hablando de un medio de comunicación con 95 años de historia que ha sido importantísimo en distintos momentos del acontecer político y social chileno. Yo aspiro todavía a que la demanda y la exigencia ciudadana permitan que esta estúpida medida no se lleva a cabo”, declaró indignado con la medida el humanista Tomás Hirsch, mientras que el personero de Renovación Nacional, Carlos Larraín, señaló: «Esta es una decisión política. Es político todo lo que tiene que ver con el empleo de los fondos del Estado y La Nación es un diario deficitario. Yo pensé que los medios de comunicación iban a estar muy contentos porque se les acaba una competencia desleal«.

«Lo que tenemos ahora es que estamos en un país en el que no hay diarios de oposición«, dijo el presidente del Colegio de Periodistas, Marcelo Castillo.

«El cierre de La Nación es un atentado a la libertad de expresión, que concentra aún más el duopolio del mercado de medios escritos«, agregó  Pérez.

De momento, el grupo de accionistas minoritarios Colliguay decidió impugnar el resultado de la junta de accionistas.