Por Leyla Pacheco

El día viernes 24 de agosto del 2012 se realizó una marcha en homenaje a Manuel Gutiérrez, joven asesinado en la población Jaime Eyzaguirre, de la comuna de Macul en la Región Metropolitana, por un efectivo de carabineros en el marco de las protestas estudiantiles llevadas a cabo el 24 y 25 de agosto de 2011, días en los cuales se desarrollaron diversas actividades entre marchas y cacerolazos. El lugar de reunión de los asistentes al homenaje fue en la Plaza de Armas de Santiago, para después marchar por el paseo Ahumada y atravesar la Alameda para ir a la Universidad de Chile, actualmente tomada por los estudiantes en el marco de las demandas estudiantiles, donde se efectuó un homenaje con los testimonios de su hermano, que ha sido un puntal fundamental en los anhelos de justicia para Manuel, y el de su padre, además de un pequeño acto artístico. Desde ahí se marchó hacia Londres 38, lugar de represión durante los primeros años de dictadura. Ahí se encarceló, torturó y se hizo desaparecer a muchos militantes de izquierda, actualmente es un centro de memoria. Nuevamente tomaron la palabra el hermano y su padre, además de la directora de Londres 38 y algunos dirigentes estudiantiles a lo que también se sumó un grupo de Hip Hop.

Esta actividad estuvo organizada por el comité Justicia para Manuel quienes demandan como primera medida que se haga justicia en el crimen del joven, ya que actualmente el asesino goza de libertad otorgada por la corte marcial de manera unánime. Ante este hecho los querellantes en la causa temen que se abra una puerta a la impunidad por el crimen de Manuel y por ello demandan que los crímenes efectuados por uniformados sean vistos por tribunales civiles para que así se efectivice el principio fundamental de todo juicio que es la imparcialidad.

El día 25 de agosto se desarrollaron actividades culturales en la población Jaime Eyzaguirre. Desde el mediodía, el comité Justicia para Manuel y otras organizaciones populares de diversas comunas se convocaron en este lugar para dar inicio a la conmemoración, la cual contempló pasacalles, distintas comparsas y marchas que partieron de la Plaza Ñuñoa y de Peñalolén para converger en la plaza que lleva el nombre de Manuel Gutiérrez. Fue una tarde alegre y llena de emoción ante los testimonios de los familiares que solo exigen justicia para su hijo y su hermano.  Las palabras de justicia apuntan a reconocer que si bien el joven no participaba de las protestas que se desarrollaban ese día, el contexto de su muerte hace imperioso que en Chile haya justicia social. También los familiares resaltaron la fe religiosa que profesaba Manuel, el joven era partícipe de una iglesia de la población y muy querido por ser un niño muy respetuoso y dedicado a su familia.