El actual Presidente de la Comisión Técnica Ecuatoriana para la creación de la Nueva Arquitectura Financiera Regional – Banco del Sur realizó una presentación titulada *»La nueva arquitectura financiera regional. La Crisis Estructural y el futuro de América Latina»*, ante una audiencia de académicos, expertos internacionales y diplomáticos.

En nombre de la Secretaria Ejecutiva de la institución, Alicia Bárcena, el destacado especialista fue recibido por Raúl García-Buchaca, Oficial a Cargo de la CEPAL, y por el Embajador de Ecuador en Chile, Francisco Borja Cevallos.

*»La CEPAL ha debatido este tema desde hace ya varios años, tras la crisis asiática de 1997. En sus estudios ha propuesto políticas anticíclicas, reglas estructurales fiscales y medidas macro prudenciales y de financiamiento para el desarrollo»*, señaló García-Buchaca.

En su exposición, Páez hizo un completo análisis de la actual situación económico-financiera mundial y explicó que en el presente se está viviendo una verdadera *»crisis estructural»* que se ha instalado como una nueva normalidad al interior del sistema capitalista.

*»Hay un problema de insolvencia estructural. Existe hoy un volumen de deuda que supera en diez veces el nivel del PIB mundial. Hay una desproporción entre la economía real y la deuda, lo que está provocando fuertes desbalances globales»*, declaró.

Frente a esta situación destacó la necesidad de volver a buscar en medio de la globalización respuestas diferenciadas a nivel local o regional, especialmente en América Latina, que respondan efectivamente a las necesidades propias de la región.

En ese marco indicó que la propuesta de una nueva arquitectura financiera regional (NAFR) puede ayudar a conseguir este objetivo. La NAFR está basada en tres pilares: una banca de desarrollo nueva, representada por el Banco del Sur; un sistema de compensación de pagos; y una red de seguridad financiera conformada por la interconexión de los bancos centrales.

Asimismo, agregó que un fondo de desarrollo (Fondo del Sur) y la utilización de una moneda fiduciaria regional (como el Sucre, ya implementado en Ecuador, Bolivia, Venezuela y Cuba), podrían ser instrumentos que impulsen esta nueva arquitectura.

*»Necesitamos generar un debate profundo y responsable sobre el papel de la banca del desarrollo a nivel nacional, regional e internacional…. La NAFR permitiría contar con un horizonte amplio de largo plazo, que otorgue a nuestros países nuevas perspectivas de integración»*, indicó.