El dictador Jorge Rafael Videla volverá a escuchar una sentencia después de 25 años. El general Luciano Benjamín Menéndez alcanzaría cinco condenas a prisión perpetua. Julio Simón va por su tercer fallo en contra. Los coroneles Carlos Alberto Tepedino y Mario Gómez Arenas van por el segundo. Por primera vez pasará por esta instancia el civil Raúl Antonio Guglielminetti y el mayor Guastavino. Más de 500 imputados por crímenes de lesa humanidad recibirán el veredicto en los próximos días por secuestros, torturas, violaciones y asesinatos cometidos durante la última dictadura.

Al hablar en la audiencia, Videla reivindicó lo actuado por las Fuerzas Armadas durante el terrorismo de Estado e insistió en que fue «la sociedad argentina la principal protagonista del enfrentamiento bélico y la que ordenó a su brazo armado acudir en su legítima defensa».

Las cifras de 2010 marcan un quiebre histórico en el proceso de justicia.

«Me niego a aceptar el término de guerra sucia. Las guerras son justas o injustas, acepto que cada guerra tiene su particularidad y la nuestra las tuvo, porque tuvo irregularidades», señaló Videla y añadió: «yo no me atrevería a afirmar que esta guerra terminó».

Hoy, a las 10, en Mar del Plata escucharon su sentencia el general Alfredo Arrillaga, el contraalmirante Luis Pertusio y el capitán de navío Justo Ignacio Ortiz. El juicio es por delitos en el campo clandestino que funcionó en la Base Naval local, donde operó la Fuerza de Tareas 6. Pertusio dirigía la Escuela de Submarinos e integraba la FT6. Arrillaga era jefe de Inteligencia de la subzona militar 15, que coordinaba la actuación de todos los grupos de tareas. Fue la primera sentencia contra marinos desde la condena a Massera en 1985. Acosta y Astiz, recibirían su sentencia recién en abril. El fiscal Daniel Adler y los querellantes Gloria León, César Sivo y Alejo Ramos Padilla coincidieron en el pedido de prisión perpetua. Los imputados confían en Nelson Jarazo y Alejandro Esmoris, que ya absolvieron en 2009 al coronel Alejandro Duret, identificado a la cabeza del grupo de tareas que llevó a Carlos Labolita encapuchado, torturado y descalzo a allanar la casa familiar antes de desaparecer.

Videla también aludió a una supuesta reunión privada que mantuvo un mes y medio antes del golpe con el fallecido dirigente radical Ricardo Balbín, «en la que me preguntó si frente a esta grave situación que vivía el país en esos momentos, íbamos a dar el golpe o no» y ante la falta de respuesta «me dijo: yo sabré compartir sus silencios».

“Es la primera vez que se estarán condenando a los actores más cercanos al plan de exterminio”, explicó Miguel D`Agostino, sobreviviente de los campos.

Posteriormente hablaron los imputados Vicente Meli y Carlos “Tucán” Yanicelli, quienes reiteraron su inocencia, tras lo cual los restantes imputados y familiares de los acusados comenzaron a aplaudir tras disponer el tribunal un cuarto intermedio.

Hoy, en tanto, Córdoba vuelve a marcar un antes y un después en el proceso de Justicia. Además de condenar a Menéndez, que hasta los ‘90 solía integrar palcos oficiales de gobiernos radicales, se suma esta vez la imputación a Videla, indultado por Carlos Menem en 1990, y algo para destacar: hay 31 imputados, desde el presidente de facto hasta torturadores. Militares, policías y civiles, incluida una mujer, juzgados por los fusilamientos a presos políticos de la Unidad Penitenciaria 1 y por tormentos. Según Será Justicia, semanario abocado a la cobertura del juicio, la acumulación de alegatos de los querellantes arroja como resultado pedidos de prisión perpetua para 21 imputados. Los fiscales pidieron cuatro absoluciones y la pena máxima para 17 imputados.

Fuente: Página/12